Error de tipeo sobre la cantidad de testigos no es suficiente para invalidar un fallo sobre un despido

El TSJ cordobés rechazó la supuesta falta de fundamentación planteada por la patronal y confirmó la cesantía indirecta en que se colocó la trabajadora al no obtener respuesta a su pedido de falta de registración

Al comprobar que la falta de fundamentación en la sentencia de la cámara a quo apuntada por la parte demandada sólo fue un error de tipeo, al mencionar a “los testigos” cuando en realidad fue un sólo testimonio y que él y el resto de la prueba demostraron de la justeza del reclamo de la accionante, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba rechazó la casación de aquélla y confirmó la resolución en cuanto a que admitió el despido indirecto de la trabajadora demandante, atento a la falta de respuesta de la patronal a su reclamo de incorrecta registración.

El demandado entendía que la sentencia carecía de la debida fundamentación y resultaba incongruente, porque -al fijar la fecha de ingreso- se refirió a testimonios “en plural” que revelarían la prestación de servicios con anterioridad a la registración, cuando debió ser “en singular”, dado que solo se evocó uno.

En cuanto a la jornada laboral, el planteo patronal apuntó a que el tribunal omitió valorar la nota de fecha 9 de noviembre de 2015 -reconocida por la actora- en la que solicitó reducir los días de trabajo a cinco en la semana.

Procedencia

Por otra parte, la demandada cuestionó la procedencia del distracto porque el tribunal sólo trató una de las injurias invocadas -incorrecta registración- y que, negada en el memorial y en la absolución de posiciones el impedimento de prestar tareas, la actora debió acreditarlo.

Finalmente, la accionada cuestionó el intercambio epistolar previo a la demanda, al expresar que la alzada atribuyó a los demandados mala praxis porque un empleado del correo consignó domicilio “desconocido” y supuso la entrega epistolar porque no estaba visible el número de la calle, lo que carece de fundamentación.

A su turno, el Alto Cuerpo integrado por Luis Eugenio Angulo (autor del voto), Luis Enrique Rubio y Mercedes Blanc de Arabel, tras evaluar la cuestión indicó que el agravio vinculado a la fijación de la fecha de ingreso se basó en supuestas inconsistencias derivadas de una apreciación semántica sobre la referencia al número de testigos considerados -porque solo el testigo R. la vio trabajar antes de la inscripción-, cuando se trató de un mero error de tipeo.

Luego, el fallo sostuvo que tampoco el planteo demuestra la importancia dirimente de la nota de noviembre de 2015, que el recurrente dice omitida, porque lo que convenció al tribunal de que la actora cumplía jornada completa, fue que la propia demandada reconoció que laboraba de 13 a 21.

Injuria

Finalmente, el TSJ indicó que la patronal discrepó con la entidad de la injuria, materia en la que el tribunal de mérito “es soberano en tanto no se demuestre vicio lógico o arbitrariedad en la conclusión a la que se arribó”, al sostener que el a quo dio profusas razones por las que tuvo por válida la notificación en la que la actora solicitó la correcta registración y se le permitiera ingresar a prestar tareas, las que la demandada “no logra desvirtuar pues se limita a parcializarlas, atribuyéndole un alcance favorable a su postura”.

Además, el Alto Cuerpo remarcó que se endilgaba a la actora deficiencia probatoria de los hechos invocados -que se le impidió ingresar a laborar-, sin asumir que en el sub examen resultó decisiva la falta de respuesta de la patronal ante tales intimaciones, por lo que la dependiente debió tomar la decisión rupturista para quedar amparada dentro del marco normativo de la LCT.

En consecuencia, en el fallo se resolvió que la impugnación trasunta mera discrepancia con el resultado adverso, sin concretar -se reitera- un quebrantamiento lógico que justifique la revisión en la instancia.