En trámite oral, la causa civil no caduca

La Cámara Civil y Comercial de 4ª Nominación de Córdoba rechazó el incidente de perención de la etapa de apelación presentado por la demandada pese a que en ese momento todavía no regía la actual normativa

Al observar que las nuevas leyes que imponen el trámite oral para los juicios civiles cambian de un sistema dispositivo a un sistema oficioso en el que los tribunales son directores activos del proceso, la Cámara Civil y Comercial de 4ª Nominación de Córdoba sostuvo que este tipo de causa no perime, incluso en segunda instancia.

De esa manera, el tribunal rechazó el incidente de perención de la etapa de apelación presentado por la demandada pese a que al comenzar esta etapa todavía no regía la actual normativa. Además, atento a lo novedoso del planteo ordenó que las costas sean por el orden causado.

El tribunal integrado por los vocales Federico Alejandro Ossola y Viviana Siria Yaci r indicó que el incidente a resolver “nos enfrenta a una situación muy particular, ya que el recurso de apelación fue articulado por el actor, y sustanciado en gran parte, con anterioridad a que el impulso procesal de oficio fuera extendido a la segunda instancia abarcando el segmento del trámite apelativo”.

Al respecto, el tribunal recordó que la norma señala que, durante el período de trámite ordinario del proceso, en todas las instancias, no procederá la caducidad de la instancia, o, lo que es lo mismo, no serán admisibles los planteos con ese objetivo.

A partir de la circunstancia apuntada, indicó que se torna imprescindible discernir si el régimen impuesto por la nueva ley es aplicable al caso que, como quedó reflejado en la descripción de los sucesos procesales, muestra como último acto de impulso de parte

la expresión de agravios del apelante en el mes de diciembre de 2022, cuando la ley 10855 no había entrado en vigencia aún, mientras que el planteo de perención de instancia fue efectuado por la parte apelada ya operada la modificación legislativa.

La Cámara concluyó que las leyes procesales, por regla, son de aplicación inmediata a los procesos en trámite.

En este punto, advirtió que esta causa en particular quedó en casillero y sin impulso, como así también que el actor interesado en lograr la revisión de una sentencia desfavorable en la instancia anterior, ninguna actividad desplegó en orden a la concreción del objetivo.

Sin embargo, observó la Cámara que lo expuesto no puede impactar negativamente en el derecho del apelante a mantener viva la instancia recursiva en el marco de un procedimiento en el cual la caducidad no tiene cabida por resultar incompatible con el impulso procesal de oficio.

A su vez, señaló: ”No se nos escapa que el actor incidentado no participó de la incidencia, habiéndose dado por decaído el derecho que dejó de usar al no fijar posición en la pretensión de su contraria”, pero sostuvo que ello no exime al tribunal de analizar la procedencia del pedido de la demandada y resolver aplicando el derecho vigente.

Finalmente, advirtió que cuando operó el cambio legislativo, no había transcurrido siquiera un mes desde el último acto de impulso del proceso recursivo; es decir, “lejos estaba el dies a quem de los seis meses previstos por el artículo 339 inciso 2 del Código de Procesal Civil para la consiguiente consolidación del derecho procesal esgrimido por la

parte incidentista”.

En tal sentido, indicó la Cámara, ningún derecho a dar por terminado el litigio por el modo anormal derogado para este tipo de proceso podría ser invocado por la parte apelada e incidentista , ni mucho menos vulnerado por una resolución denegatoria, en el caso concreto.

Por lo expuesto, en el fallo se resolvió que el incidente de perención de instancia se rechaza, ordenando que las costas se imponen por el orden causado (art. 130 del C. de PC) por remisión del artículo 133 del rito, atento lo novedoso de la cuestión resuelta con