“El TSJ ha avanzado de manera alarmante sobre nuestros derechos”

Irina Santesteban, candidata de la Agrupación Judiciales Unidos, anunció sus ejes de campaña. Calificó al gremio como “débil, desmovilizado y con escasa participación de las bases”

Irina Santesteban es una histórica militante sindical dentro de la Justicia de Córdoba. Dirigió la Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial (AGEPJ) durante dos períodos consecutivos, desde 2008 a 2014 y, desde esa fecha, sigue luchando por ser nuevamente la encargada de defender el derecho de los trabajadores judiciales. Este viernes, dos listas históricas volverán a competir por la conducción del gremio: Santesteban lo hará por la Agrupación Judiciales Unidos y Federico Cortelletti peleará por continuar presidiendo el gremio que conduce desde 2014, con la lista Confluencia. Antes de los comicios, Comercio y Justicia dialogó con ambos candidatos. En esta primera nota, las reflexiones de Irina Santesteban.

¿Cuáles son los principales ejes de su campaña?

- Queremos volver a poner en la agenda gremial el convenio colectivo de trabajo, histórica reivindicación de los y las judiciales de todo el país, porque se nos niega el derecho a discutir en paritarias nuestras condiciones laborales. Nuestro régimen laboral es resuelto de manera unilateral por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) mediante acordadas dictadas sin participación del gremio.

Planteamos un modelo sindical muy diferente al de estos últimos siete años, bajo la conducción de Confluencia. El TSJ ha avanzado de manera alarmante por sobre nuestros derechos y ello ha sido posible porque tiene enfrente un gremio débil, desmovilizado y con escasa participación de las bases en las resoluciones que se toman. La democracia sindical y la participación serán nuestro objetivo principal.

- La digitalización de los expedientes ha modificado las formas de litigar. ¿Nota una mayor actividad, que se extiende fuera del horario laboral del agente judicial?

- Absolutamente. En los últimos años hubo gran aumento de la litigiosidad y con el expediente digital, el trabajo se ha incrementado con presentaciones que se realizan de manera virtual, por el sistema multifuero, además de la atención telefónica y por mail. Ello provoca una sobrecarga laboral que se suma a la falta de personal, con un impacto negativo sobre la salud psicofísica de los y las judiciales.

- La inflación ha afectado fuertemente los salarios. ¿Está conforme con los aumentos recibidos?

-Si hoy tenemos un sistema salarial que nos otorga los mismos aumentos que fija la Corte Suprema es porque fue logrado mediante una extraordinaria lucha desarrollada en 2013, bajo nuestra conducción. Sin embargo, en 2018, 2019 y 2020 los aumentos fueron otorgados por el TSJ con muchísimo retraso, cuando ya la inflación había afectado fuertemente el poder adquisitivo de nuestros salarios. Ello generó una deuda salarial, que se nos abonó parcialmente, con retraso y en cuotas.

El aumento de este año, de 55% acumulado, fue importante y ratifica aquel enorme logro de 2013. Pero en estos siete años no hubo avances hacia el sistema porcentual, para reducir la brecha salarial que todavía existe con las remuneraciones de magistrados y funcionarios.

- Como mujer y trabajadora del Poder Judicial, ¿cómo analiza lo que ocurre puertas adentro de los tribunales en materia de género?

- La violencia laboral y de género son moneda corriente al interior del Poder Judicial y, muchas veces, no se denuncia por miedo a las represalias y porque no siempre esos conflictos se resuelven favorablemente para la víctima. Hubo casos en los cuales se denunció a funcionarios y la resolución del sumario fue una tibia “reprimenda”, pero se repuso al violento en el mismo lugar, y quien finalmente termina yéndose de la oficina es la víctima de esa violencia.

- ¿Sigue habiendo dificultades para que las mujeres puedan acceder a cargos de mayor jerarquía en el Poder Judicial de Córdoba?

- Así es, lamentablemente. No sólo por la existencia en tribunales del “techo de cristal”, por el que muchas veces a los cargos jerárquicos se accede sin concurso, mayoritariamente varones. También a la hora de pedir pases de oficina es muy frecuente que, si se trata de una compañera, deba soportar un interrogatorio sobre su estado civil, si tiene pensado o no tener hijos/as, etcétera.

- En materia de presupuesto, ¿están conformes con la pauta prevista para el año próximo? ¿Incluye ésta los cargos que requiere el Poder Judicial para su funcionamiento?

- Si bien no se conoce cuál ha sido el pedido de cargos por parte del TSJ, nuevamente se evidencia la sumisión del Poder Judicial al Ejecutivo en materia de presupuesto. Desde hace cinco años que la planta de personal se encuentra congelada, a pesar de que se piden nuevos cargos, única forma de poder efectivizar a personal y producir ascensos. En los últimos años se ha triplicado el número de contratados/as, que hoy son 1.100 trabajadores/as en esa precaria condición, y hasta se ha comenzado con la contratación de monotributistas, lo que no había ocurrido nunca en el Poder Judicial. La carrera se encuentra achatada, con compañeros/as que pasan largo tiempo en el mismo cargo. Ello conspira no sólo contra el derecho a la carrera judicial sino también a una jubilación digna. La defensa de los jubilados y jubiladas es una de nuestras propuestas más importantes porque esos compañeros sufren ajuste tras ajuste sobre sus haberes sin que el gremio se haya movilizado en lo más mínimo para reclamar contra esa injusta situación. Creemos que otro gremio es posible ¡Pongamos el gremio de pie!