Desestiman demanda por una caída sufrida en un gimnasio

El tribunal concluyó que no hubo negligencia por parte del personal del establecimiento y que la mujer accionante no pudo probar lo que planteaba

Al entender que no se probó la negligencia del instructor ni que el daño sufrido se deba al riesgo o vicio de la cosa o del servicio, la Cámara 8ª Civil y Comercial de Córdoba denegó el recurso de apelación planteado por la accionante, confirmando la sentencia que rechazó la demanda de daños y perjuicios basada en el hecho de haberse caído mientras realizaba ejercicio físico utilizando steps .

Viviana Andrea Antuña objetó el rechazo de la acción que había interpuesto en contra de la titular del gimnasio aludido, Tamara Lucía Basualdo Orlov.

El tribunal, integrado por los vocales Héctor Hugo Liendo y Gabriela Lorena Eslava , analizó que de la prueba testimonial rendida se desprendió que el ejercicio que realizaba la actora era de baja complejidad, no riesgoso.

Además, la alzada advirtió que durante el hecho se encontraba presente un entrenador y apuntó que el step facilitado a Antuña para la realización del ejercicio que le fue indicado, estaba apoyado sobre tres anillos, como máximo, y que la actora hace el salto, pisa mal, pierde el equilibrio y cae apoyando una mano.

En el caso, la mujer demandó al gimnasio por los daños que supuestamente le ocasionó efectuar un ejercicio que estaba fuera de sus posibilidades y le fue ordenado por el profesor a cargo de su clase, lo que, entre otras cuestiones, no pudo acreditar.

El fallo agregó que con relación a lo acontecido luego, de la testimonial se acreditó que a la actora se le ofreció asistencia médica; ella la rechazó y se retiró del gimnasio.

En cuanto a la pretendida errónea interpretación y aplicación del derecho de consumo, la cámara refirió que el sentenciante analiza todos los aspectos del ordenamiento consumeril, del que resulta que el proteccionismo de dicho ordenamiento, no justifica la procedencia de reclamos carentes de prueba, no habiéndose demostrado lo relatado en la demanda; esto es, que el profesor del gimnasio le insistió que saltara sobre una pila de diez steps (lo que representaría una altura de un metro) y que esos elementos se encontraban apoyados sobre una alfombra resbaladiza.

Altura

Asimismo, el tribunal consideró que el hecho de que el step del que cayó Antuña fuera más alto que otros que no superan 15 cm, no implica que haya sido riesgoso, sobre todo teniendo en cuenta una declaración testimonial que afirmaba que la altura no superaba la media pierna, es decir, entre 40 ó 45 centímetros.

Los camaristas concordaron con el sentenciante a quo, respecto de que otros dos testigos manifestaron que el step rosa y verde seguía estando disponible para ser utilizado en el gimnasio, lo que hace inferir que no fue retirado luego de la caída de la accionante, lo que constituye otro indicio atinente a su buen estado de conservación.

Así las cosas, la cámara derivó que si bien la caída efectivamente ocurrió, no aparece que se haya debido a un defecto en el step, a lo que debe agregarse que lo apuntado en el libelo introductorio sobre la existencia de una alfombra resbaladiza debajo del step, “a más de que no luce conteste con el curso normal y ordinario de las cosas ni fue objeto de prueba específica, queda puesto en jaque con los dichos de las dos alumnas del gimnasio”.

Razonamiento

En consecuencia, el pronunciamiento sostuvo que debe tenerse en cuenta que, si bien el deber de seguridad requiere que el servicio que presta el gimnasio y sus instalaciones deben estar en condiciones, quedando en un segundo plano el nivel de diligencia que se ponga a esos efectos, “en el caso de autos no parece razonable condenar a la accionada con motivo de la caída de Antuña, atento a que no se hubo probado la existencia de una causa o siquiera con causa imputable al gimnasio”.

Por ello, se resaltó que la parte demandada acreditó que el step del que se cayó la accionante fue y continúa siendo utilizado por el resto del alumnado y produjo prueba tendiente a demostrar que la altura del mismo es sensiblemente menor a la indicada en el libelo introductorio.