Un sobreviviente de la tragedia de Cromañón afirmó que Raúl Villareal, considerado la mano derecha de Omar Chabán, era el “jefe de seguridad” del local bailable y daba órdenes a “quince o veinte” jóvenes que se encargaban del control en los recitales.
Gustavo (38) aseguró que pocos minutos antes del recital que Callejeros dio la noche del 30 de diciembre, Villareal y su segundo, Mario Díaz, cerraron el portón de ingreso a las boleterías y cuando comenzó el incendio la gente sólo podía salir por una “puerta chiquita” hasta que aquél fue abierto totalmente. Al declarar en el juicio oral que se sigue por el siniestro, el testigo dijo que iba a recitales desde que tenía 15 años y que mientras en el boliche Cemento Villareal estaba “en la boletería”, en Cromañón, a su entender, lo vio “trabajar como seguridad”, siempre vestido con una remera negra.