Confirman rechazo a planteo de docente para recibir una compensación económica

La Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Familia y Contencioso-administrativo de Villa María confirmó el rechazo de la solicitud de una compensación económica planteada por una docente contra su ex cónyuge.

El fallo advirtió que la mudanza de ciudad de la accionante, para comenzar un nuevo proyecto de vida común con quien era su esposo, no produjo la pérdida del cargo docente ni los beneficios adquiridos, al demostrarse que la accionante retomó su labor docente, adquirió estabilidad y continuidad en su desempeño laboral luego del traslado y que el cuidado del hogar tampoco le produjo un perjuicio en su actividad, sumado a que el demandado tampoco incrementó sus ingresos durante la convivencia que refleje un desequilibrio económico entre las partes,

El tribunal integrado por los vocales Alberto Ramiro Domenech y Augusto Gabriel Cammisa, al analizar la apelación presentada por la actora, indicó que la magistrada a quo descartó la existencia de desequilibrio de orden patrimonial (en perjuicio de la incidentista), así como respecto de las posibilidades de progreso o desarrollo laboral/profesional de la ex cónyuge.

Razón

Al respecto, la alzada analizó: “ De una lectura detenida de la sentencia, es la ausencia de razón de la apelante en cuanto afirma que el examen de la magistrada ha sido fragmentado o parcializado, esto es, circunscrito exclusivamente a la continuidad de la fuente laboral (docencia), sin examinar los roles de las partes durante la unión ”.

En ese sentido, la decisión señaló que “ también hubo orfandad probatoria de algunos aspectos mencionados tales como el notorio incremento patrimonial del demandado y participación en los negocios del ex cónyuge, a través de tareas administrativas ”.

Asimismo, se destacó que la a quo valoró que “ sin perjuicio de valorar las tareas domésticas y de cuidado llevadas a cabo por la incidentista durante la relación matrimonial, concluyó que en el sub lite no se configura un desequilibrio patrimonial entre las partes que habilite la determinación de una compensación económica ”.

Beneficios

Por otro lado, la alzada consideró que la señora B. se desempeñó como docente durante el año 2000, luego durante los períodos segundo a cuarto del año 2006 y luego, a partir del año 2009, y hasta -al menos- el año 2019, logrando en este último período la “regularidad”, extrayendo que a la época en que se trasladó de localidad con motivo de emprender un proyecto de vida en común con el demandado, difícilmente podría haber perdido todos los beneficios laborales que había adquirido por la antigüedad y constancia en el trabajo.

En ese sentido, el fallo sostuvo que “ se evidencia que la accionante había prestado servicios de manera aislada sólo durante los años 2000 y 2006, períodos de tiempo que resultan insuficientes a los fines de determinar la antigüedad alegada, como así también, sobre la existencia de una regularidad en su desempeño laboral con antelación al vínculo de autos y por el contrario, se aprecia que la actora regresó a trabajar en el año 2009, esto es: en un lapso menor al que había mediado en los anteriores intervalos producidos antes de su traslado a esta ciudad ”.

Por lo expuesto, el tribunal remarcó que tampoco se apreció la pérdida de los beneficios que invoca.

En cuanto, a las tareas domésticas y crecimiento patrimonial, la cámara sostuvo que dichas labores (propias del cuidado personal, habitacional y familiar) “ tampoco configuraron o provocaron un desequilibrio patrimonial para la actora, que habilite la compensación económica ”, aspecto sobre el que se tuvo en cuenta que el demandado aportó la vivienda y que no hubo hijos en común.

Actividades

En cuanto a las mayores actividades o crecimiento comercial, del demandado, la cámara sostuvo que “ tampoco quedó suficientemente justificado, precisando que de los informes acompañados surge que el exmarido ya se encontraba inscripto en AFIP y que venía desarrollando la mayoría de las actividades o negocios antes de la convivencia ”.

Finalmente, respecto de los bienes adquiridos durante el matrimonio (o convivencia anterior), dentro de las que se incluyen las mejoras en el inmueble que fue sede del hogar conyugal, el fallo expuso que “ deberán ser objeto, en su caso, de reclamo autónomo ”.

Por otra parte, la decisión valoró que, confrontado el estado patrimonial de cada uno al inicio y finalización de la vida matrimonial, “ surge de las constancias aportadas, que poseen la misma fuente laboral y los bienes que poseían antes del matrimonio y convivencia ”.