La Justicia porteña condenó por primera vez a residentes domiciliarios que robaban energía eléctrica y les aplicó cuatro meses de cárcel de cumplimiento efectivo. De igual modo, en otro fallo el mismo tribunal procesó a los dueños de un restaurante que también hurtaban el fluído.
El primer fallo fue dictado por el Tribunal Oral Criminal número 23 y recayó sobre los tres propietarios de un departamento del barrio de Boedo que habían efectuado una conexión clandestina mediante la cual hurtaban energía a la empresa distribuidora Edesur. La irregularidad había sido denunciada por vecinos que advirtieron que estaba hecha la conexión en forma subterránea, con el peligro que ello acarreaba. El otro caso se refiere a los dueños de un restaurante ubicado en pleno centro porteño, que robaron energía por un monto total de $94 mil.