La agencia de calificación crediticia Standard and Poors’s elevó ayer la nota de deuda soberana de la Argentina de “B” a “B+” , al esperar que la mayor inversión y la mejor previsibilidad de las políticas económicas en el país puedan sostener un crecimiento económico moderado, pero estable, en los próximos tres años.
“El continuo avance para reducir los desequilibrios económicos y mejorar la competitividad en general son un buen augurio para el panorama de crecimiento económico de Argentina”, destacó la calificadora de riesgo en el informe.
Los resultados de las recientes elecciones legislativas incidieron en la modificación de riesgo crediticio, ya que S&P entendió que se trata de “un augurio positivo” y en esa línea expresó que “favorecieron la posición de la administración del presidente Mauricio Macri en el Congreso”.
Aunque la coalición gobernante Cambiemos permanece sin mayoría en ninguna de las dos cámaras, “sus avances electorales consolidaron su posición política y redujeron el riesgo de un cambio en las políticas económicas durante el próximo par de años y después de las elecciones nacionales de 2019”, analizó el informe.
“Nuestra tendencia estable incorpora nuestra expectativa de que el gobierno tendrá mayor capacidad política para continuar impulsando su agenda económica, lo que dará por resultado una política económica más previsible y una efectividad institucional y gubernamental gradualmente mayor”, resaltó.
También prevé la expectativa de “un crecimiento económico moderado y sostenido de alrededor de 3% para los próximos tres años, y de mayores niveles de inversión”.
S&P también planteó que “una política monetaria más efectiva que se traduzca en una inflación sostenida más baja, la reducción de las vulnerabilidades externas o una consolidación fiscal mayor que la esperada, podría mejorar el perfil financiero de Argentina, que es actualmente débil, llevándola potencialmente a mejoras en la calificación durante los próximos dos años”.
Por el contrario, advirtió de que “un incremento inesperado en la polarización política que pudiera bloquear o revertir la agenda de reformas del gobierno y que afecte la implementación de las políticas económicas o una respuesta inadecuada ante acontecimientos externos adversos, podría dar por resultado una baja de calificación”.