Prevén que el trigo, los granos gruesos y los aceites vegetales subirán hasta 40% y los lácteos hasta 45%. Esto augura solidez en la actividad económica local y en la balanza comercial argentina.
Junto a un tipo de cambio competitivo y fuertes incentivos para el mercado interno -mediante aumentos salariales en el sector privado, subas en las jubilaciones y planes de asistencia social-, los precios de las commodities fueron otro de los pilares que sostuvieron la recuperación de la economía nacional durante los últimos años, generando importantes superávit fiscales y comerciales.
En ese marco, resultan promisorias las estimaciones elaboradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés), para quienes durante los próximos 10 años los precios de los alimentos seguirán en ascenso, como ocurrió a lo largo de la primera década del siglo. Según indicaron ambas organizaciones en su informe anual de perspectivas, los precios mundiales de los alimentos subirán entre 2010 y 2019 impulsados por el crecimiento demográfico y los cambios en las dietas de la población mundial.
Estos precios se incrementaron permanentemente a lo largo de la presente década y tuvieron un pico entre 2007 y 2008, cuando alcanzaron valores que, según los especialistas, difícilmente se repitan en el mediano plazo. Fue justo en ese momento -marzo de 2008- cuando en nuestro país transcurrió el conflicto entre la Mesa de Enlace agropecuaria y el Gobierno nacional, alrededor de las retenciones móviles para la soja.
“Los precios reales de todos los productos, salvo la carne de cerdo, estarán, según pronósticos, por encima de su nivel promedio del período 1997-2006”, destacaron la OCDE -con sede en París- y la FAO -con sede en Roma-.
De acuerdo con el análisis de ambas entidades, los valores de los granos, las oleaginosas, la carne y los productos lácteos -ajustados por inflación- se dispararán entre 2010 y 2019 en comparación con los 10 años transcurridos hasta 2006.
Los analistas internacionales estimaron que, en promedio, los precios del trigo y los granos gruesos subirán en los próximos 10 años entre 15% y 40%. Por su parte, los precios del aceite vegetal se incrementarán más de 40% y los valores de los lácteos entre 16% y 45%.
La perspectiva trazada por la OCDE y la FAO implica para el país y para la provincia un importante resguardo para los próximos años, pues augura un buen nivel de demanda para el sector agropecuario y la agroindustria, así como una sólida inserción internacional como proveedor de productos primarios. De alguna manera, garantizan el paraguas macroeconómico por el lado comercial, importante para enfrentar un horizonte financiero que requerirá muchos esfuerzos tras los canjes y las refinanciaciones realizadas.
De todas maneras, también implica que buena parte de los problemas actuales seguirán presentes: la primarización de la economía nacional y provincial -con el consiguiente bajo impacto en la creación de puestos de trabajo-; la “sojadependencia” de la producción agropecuaria -con consecuencias sociales, ambientales, productivas y económicas aún sin resolver-; y la mayor retracción que podrían sufrir sectores como el ganadero o el lechero, los que presionan sobre el abastacimiento de productos de consumo interno.
La carne de cerdo, contenida
A diferencia de lo que se prevé para el resto de los alimentos, la OCDE y la FAO estimaron que los precios del cerdo se mantendrán controlados, por la creciente oferta en Brasil y China.
El azúcar, la carne vacuna y el cerdo no compartieron el “rápido” aumento de precios de otros productos hace dos años, y se pronostica que subirán enre 10% y 20% en el próximo decenio en comparación con los precios del período 2007-08.
Según los cálculos internacionales, la producción mundial de alimentos deberá subir 70% para 2050, en la medida en que la población mundial pase de 6.800 millones de habitantes a 9.100 millones.
Mejora la industria
Frente a un nuevo récord de la campaña sojera -que se estima en 55 millones de toneladas-, un informe de la Dirección de Mercados Agroalimentarios de la Nación reveló que las exportadoras ya compraron 12,7 millones de toneladas -en 2009 adquirieron 6,1 millones-, mientras que la industria se hizo de 15,2 millones -el año pasado adquirió 12,8 millones. Esto augura un buen año para la industria alimentaria, el sector más retraído dentro de la manufactura local por el impacto de la cosecha pasada.