Llaryora empodera a Acosta, quien ya analiza emitir deuda para neutralizar eventual default

Otorgó amplias facultades al ministro de Finanzas, entre ellas las de “rescatar, reestructurar, canjear y/o comprar” títulos de deuda en circulación. La idea es “mejorar los términos y condiciones pactados oportunamente”. La estrategia se encamina a emitir un bono en dólares para cubrir vencimientos, al menos de este año por más de US$300 millones. Así, se evitaría reperfilar o reestructurar pasivos que ya fueron modificados por Schiaretti en 2021. Letras y bono verde para financiar obras, en carpeta

El gobernador Martín Llaryora otorgó amplias facultades al ministro de Finanzas, Guillermo Acosta, para avanzar en la “disponer la emisión de Títulos Públicos, rescatar, reestructurar, canjear y/o comprar los Títulos de Deuda Provincial en circulación con el fin de mejorar los términos y condiciones pactados oportunamente en función de condiciones de mercado que resulten favorables para la Provincia”.

La decisión -reflejada en el decreto 38 publicado en las últimas horas en el Boletín Oficial- empodera a Acosta para contar con las herramientas necesarias para neutralizar el difícil frente financiero que deberá afrontar Córdoba este año.

“Se trata de las mismas facultades que ya tuvo cuando fue secretario de Economía en la Municipalidad”, recordó a Comercio y Justicia una fuente del Ejecutivo.

Como fuere, el desafío al que se enfrenta la Provincia es complejo.

Este año debe afrontar vencimientos de capital por bonos internacionales de 337 millones de dólares y, el año próximo, un monto aún mayor.

Según información a la que accedió este medio, la estrategia de la Provincia no apuntaría ni a reestructurar ni a reperfilar la deuda en cuestión sino a emitir un nuevo bono en dólares para cubrir esas obligaciones.

“Son bonos que ya fueron reestructurados en 2021 por (Juan) Schiaretti y no queremos modificar una segunda vez las condiciones”, se sinceró una fuente.

Con todo, el desafío de salir a colocar un bono en dólares en este contexto es ciertamente una quimera.

“Entendemos que puede aparecer alguna ventana durante el año que nos permita ofertar en el mercado un instrumento financiero”, dijo la fuente, quien -sin embargo- evitó cualquier precisión respecto a las características de ese título.

Por lo pronto, el bono en cuestión debería salir al ruedo antes de junio, cuando opera el primer gran vencimiento de capital de la gestión Llaryora. El segundo será ya cerca de fin de año.

El panorama de la macroeconomía por delante es complejo y nadie sabe a ciencia cierta cómo seguirá.

En ese contexto y tras la fortísima devaluación aplicada a poco de asumir por el gobierno de Javier Milei y un eventual nuevo salto del tipo de cambio, sumado a una recaudación que se derrumba sin perspectivas de mejora, los vencimientos por delante exigirán de una ingeniería financiera que aproveche las posibles oportunidades que ofrezca el mercado para poder pagar en tiempo y forma obligaciones que, de otra manera, serían imposibles de cubrir.

En definitiva, todo apunta a evitar un eventual default. Si el plan principal no funciona, se iría por un reperfilamiento voluntario.

Según pudo conocer este medio, ya hubo contactos con los tenedores de los títulos y con los bancos colocadores para sondear las posibilidades por delante.

Llaryora necesita ir cerrando frentes abiertos en un año complejísimo por la situación económica y uno de ellos es precisamente el frente externo, con una deuda nominada en un 98% en dólares.

Letras

Mientras tanto, el decreto 38, firmado por Llaryora, también le da a Acosta la posibilidad de “disponer la emisión de letras de Tesorería, determinar la época y oportunidad para su emisión, fijar sus términos y condiciones, declarar total o parcialmente desierta cada una de las licitaciones, determinar el precio o la tasa de corte y adoptar todas las medidas, disposiciones y/o resoluciones complementarias, aclaratorias e interpretativas que sean requeridas a efectos de su emisión y colocación”.

De acuerdo con fuentes oficiales, la Provincia ya inició el derrotero burocrático para lograr la autorización correspondiente (interviene la Nación, entre otras) y poder salir con una primera serie de Letras ya a fines de febrero o los primeros días de marzo.

“Queremos tener listos los avales para cuando consideremos necesario salir al mercado”, explicaron desde el Ejecutivo.

El programa de letras siempre apareció reflejado en el Presupuesto provincial pero ni el entonces gobernador José Manuel de la Sota ni Schiaretti apelaron a ese instrumento.

Por el contrario, la herramienta fue de uso periódico por parte de la Municipalidad de Córdoba durante la gestión Llaryora en la comuna, con Acosta como secretario de Economía. Las Letras debutaron originalmente en la primera gestión de Ramón Mestre, en 2012.

El instrumento se utiliza para cubrir necesidades de caja que este año seguramente será constante en función del escenario crítico por el que atraviesa el país y del que Córdoba no es ajeno.

Bono verde para obras

Por lo demás y para sostener el ritmo de obra pública, “clave como política contracíclica en esa coyuntura” y frente a una merma del ahorro corriente que fue el principal grifo que usó Schiaretti para fondear los trabajos públicos, el equipo económico encabezado por Acosta trabaja en el diseño de instrumentos financieros como un bono verde de mediano plazo para fondear los proyectos de infraestructura y evitar un freno en esa área clave.

“Vamos a buscar todas las alternativas pero siempre en el mercado doméstico y en pesos”, explicó un informante.

La misma fuente descartó que se piense en reflotar los bonos para cancelar deuda con proveedores y contratistas que tanto Llaryora como Schiaretti utilizaron al comienzo de sus últimas gestiones, en 2019 y 2020 para pagar deuda pendiente.

“Hoy no hay deudas exigibles por lo que no se analiza esa alternativa”, concluyó el informante.

Letras de Passerini

La Municipalidad de Córdoba dispuso la emisión de un programa de letras del Tesoro por

“un valor nominal en circulación que, en cualquier momento, será por hasta la suma de pesos cuarenta y nueve mil millones ($49.000.000.000)”

El programa, que ahora debe ser calificado por la agencia Moody’s, es la continuidad del programa financiero de corto plazo que ya venía desarrollando su antecesor, Martín Llaryora.

Por lo demás, la autorización ya estaba explícita en el Presupuesto 2024.

La primera salida al mercado sería en los próximos días toda vez que vencen letras por seis mil millones de pesos sólo respecto al capital, sin contar el último cupón de intereses.