Los ejes de la economía del país vecino anunciados por Dilma Rousseff ayudan en su relación con la provincia.
La industria automotriz y el consumo, junto con la construcción, el agro y la energía serán los cinco grandes ejes con los que Brasil aspira a consolidar su crecimiento con Dilma Rousseff en la presidencia.
Tres de esos cinco motores tienen vinculación con Córdoba, provincia para la cual el mercado brasileño le disputa a China el primer lugar de los envíos. La importación de autos, el consumo interno por vía de la exportación de alimentos y la necesidad de maquinaria agrícola colocan a Córdoba en un marco de continuidad y posiblemente un incremento de su relación comercial con el vecino país.
Argentina, en general, se verá beneficiada por el formidable repunte económico que impuso a su país el saliente presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Su sucesora, quien asumirá el primero de enero, ha reiterado la continuidad del modelo impuesto por Lula, que preparó las bases para convertir al país vecino en una de las potencias más importantes del planeta. El contexto macroeconómico mundial es también favorable a Brasil y los empresarios argentinos ya sostienen que “la locomotora está en marcha, el consumo se sitúa en la cresta de la ola, el fantasma inflacionario por ahora está bajo control y, además, se avecinan dos eventos deportivos de máximo nivel -como el Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Todos ellos aseguran una bonanza económica, que se extenderá al menos por cuatro años más. La mayoría de las proyecciones, tanto del sector público como privado, dan cuenta de estos pronósticos.
De hecho, los países emergentes, como China, India y Brasil son hoy los grandes responsables de motorizar la economía mundial. En este contexto, según el Ministerio de Hacienda brasileño, este año esa economía culminará con una expansión de 7,5% y pronostica que, de aquí hasta 2014, cuando culmine la presidencia de Rousseff, habrá crecido a una tasa promedio de casi seis por ciento.
Rousseff es además una economista pragmática que participó en el gabinete de Lula. Dante Sica, de la consultora Abeceb.com, explicó que “con el triunfo de Dilma, no vamos a ver grandes diferencias en materia económica. Tenderá a profundizar toda la estrategia productiva y de inversiones que inició Lula” y aseguró que esto será positivo porque “para la Argentina se traducirá en una oportunidad histórica que derivará en un crecimiento del comercio bilateral”.
Gustavo Segré, CEO de la consultora paulista Center Group, aseguró que “Brasil hoy es una economía imparable. Tiene una inercia tal que Dilma no tiene que inventar la rueda, no precisa hacer nada nuevo para que el país siga creciendo , basta con que no haga nada malo”.
Probables nubarrones
En este escenario optimista, el único temor es que la administración de Cristina Fernández ponga alguna restricción a las importaciones por vía de la Secretaria de Comercio y esto genere cortocircuitos. Sobre este tema se han expedido entidades cordobesas, como la cámara de exportadores, en el sentido de que las compras que realiza Brasil son muy superiores a lo que se importa desde ese país. Con este antecedente, hasta el momento, ha surtido efecto la estrategia de consensuar cupos en sectores sensibles por parte de los propios actores involucrados.
Conocida la victoria de la candidata oficial, el canciller brasileño, Celso Amorim, destacó que “Argentina es una prioridad absoluta porque con ella se forma la columna vertebral de la integración sudamericana”.
La actividad automotriz es la joya del sector productivo brasileño y seguirá siendo responsable de conducir la alianza que más juega a favor de Argentina. Con el agregado de que trabaja a toda su capacidad y no le alcanza para cubrir su demanda. Y Argentina ya se apropió de 11% de este inmenso mercado. Con coches que se comercializan a un valor que en casos llega hasta 40% arriba de los precios que rigen en el mercado local.