Guzmán logró una alta adhesión al canje y descomprimió vencimientos

La licitación intermedia que lanzó sorpresivamente el martes, sumó apoyo por $357.836 mil millones. De esta forma, Economía redujo a sólo $248 mil millones las obligaciones a atender la semana próxima. De todas formas, la aversión al peso exige cada vez más incentivos y costos al Gobierno para evitar que los inversores migren al dólar u otras opciones. Córdoba no reperfilará bono en dólares bajo ley local

El Gobierno realizó ayer miércoles una licitación “intermedia” antes de fin de mes para intentar descomprimir el elevado volumen de vencimientos de deuda en pesos que afrontaba para fines de junio y logró canjear bonos por casi 60% de los más de 600 mil millones de pesos de obligaciones a atender.

Con la operación concretada por la cartera que conduce Martín Guzmán, redujo las obligaciones de pago a 248.000 millones de pesos.

Según informó el Ministerio de Economía, en la operación de conversión de títulos en pesos se recibieron un total de 143 ofertas. De esa cifra, 97 correspondieron a la Lede por un total de 128.196 millones de pesos y 46 a la Lecer (atada a la inflación) por un total de 145.775 millones de pesos.

En términos de valor efectivo, entre las dos sumaron 357.836 millones de pesos.

El próximo jueves 30, el Tesoro Nacional debía afrontar vencimientos por 605.886 millones de pesos. Luego de la operación realizada ayer, logró reducir sensiblemente los vencimientos proyectados originalmente.

“La próxima licitación tendrá lugar el martes 28 de junio, tal y como fue informado previamente en el cronograma preliminar de licitaciones del primer semestre de 2022″, concluyeron desde Economía.

El menú

Para canjear la Ledes que vence este 30 de junio, el Tesoro puso sobre la mesa dos canastas distintas: una que ofreció títulos con vencimiento al 31 de octubre de este año, otra a 30 de noviembre y una tercera al 31 de diciembre. La alternativa fue una canasta con un instrumento al 31 de agosto, 31 de octubre y al 30 de noviembre.

Para el caso del bono CER, ajustado por inflación, que llega a su finalización el mismo día, las dos opciones de canastas fueron: en primer lugar, un título indexado con finalización el 21 de octubre, el 16 de diciembre y el 20 de enero de 2023. Como alternativa habrá un grupo de bonos con vencimiento el 16 de agosto, 21 de octubre y 16 de diciembre. En todos los casos para este bono, fueron también instrumentos que siguen a la inflación.

Los resultados de la operación mostraron que la preferencia del mercado fue para los títulos con vencimiento de diciembre. Entre los títulos indexados, por ejemplo, se adjudicaron 76.936 millones de pesos para los que finalizan el 16 de diciembre. El tramo cortísimo que finaliza en agosto se colocaron solo 7.800 millones de pesos.

En los bancos creen que las tensiones con los bonos ajustados por CER “se están tranquilizando”. La lectura oficial es que hubo un comportamiento “disociado” de los precios de los activos en pesos, lo que requirió una serie de medidas de “estabilización”, encabezadas por las compras del Banco Central.

La licitación de ayer miércoles, de hecho, según la lectura del mercado, apuntaba en gran medida a que el Banco Central, que no puede participar de las colocaciones primarias de deuda del Tesoro, pudiera intervenir. De esa manera, podría volcar todas sus tenencias adquiridas en el mercado secundario.

A la vez, ofreció la oportunidad a algún inversor privado que quiera anticiparse y, con la participación también de otros organismos públicos, podría reducir sustancialmente el volumen del vencimiento a renovar, siempre y cuando esta operación “intermedia” resultara exitosa.

Los bancos privados -en particular los de capital extranjero, por imposición de las casas matrices- se mostrarían renuentes a incrementar su tenencia de deuda en pesos, pues en la mayoría de los casos ya han más que duplicado su exposición a la deuda del Tesoro en los últimos dos años y medio.

Por lo tanto, temen quedar expuestos al riesgo de una eventual reestructuración de esos bonos, en especial después de 2023.

En los últimos días el jefe del Palacio de Hacienda remarcó su “absoluto compromiso con el fortalecimiento del mercado de deuda pública en pesos que lo reconstruimos nosotros para que en la Argentina haya primero más capacidad de financiamiento del sector público, y más sano. Lo que se anunció es un conjunto de acciones plenamente coordinadas entre Economía y el Banco Central para que Argentina tenga un sendero de acumulación de reservas más veloz”.

Sobre unos 11,2 billones de pesos de deuda en pesos (14,5% del PBI), el sector privado encabezado por bancos, compañías de seguros y fondos de inversión acapara casi la mitad del stock, el grueso en bonos ajustados por inflación (CER).

Presión del blue

La necesidad de ofrecer cada vez mejores condiciones y plazos cortos para los bonos del Tesoro es funcional a la decisión de los inversores de presionar por beneficios extra para mantenerse en pesos y no pasarse al dólar, tal como parece ocurrir desde los últimos días.

De hecho, la minicorrida que derivó de una salida de los inversores de bonos en pesos desde hace 10 días, derivó en un incremento en el valor de los dólares financieros.

En tanto, ayer y en sólo dos jornadas, el dólar blue borró la baja de fines de la semana pasada, al dispararse ayer miércoles otros cuatro pesos para alcanzar nuevamente su récord nominal histórico de 224 pesos.

De esta forma, la brecha cambiaria con el tipo de cambio oficial mayorista terminó arriba del 80% (se ubicó en 80,9%).

Con el nuevo avance de este miércoles, el dólar informal achicó la brecha que aún mantiene frente a los dólares financieros, que bajaban con fuerza y operaban entre los 230 y 238 pesos.

Córdoba no reestructura

Mientras tanto, fuentes del Ejecutivo de la Provincia de Córdoba negaron que el Gobierno nacional haya advertido sobre un posible recorte de dólares para atender el pago de los bonos nominados en divisas emitidos oportunamente.

La referencia es respecto al bono por 300 millones de dólares con vencimiento en 2026 y emitido bajo ley local. Se trata del único título que no fue reestructurado. Los otros instrumentos bajo ley extranjera, fueron renegociados luego que el Gobierno nacional también inició el proceso de reestructuración de su deuda en dólares para reperfilar pagos y ante la escasez de divisas.

En un contexto en que las reservas del Banco Central aparecen una vez más complicadas de cara al segundo semestre, trascendieron versiones de todo tipo a los efectos de preservar las escuálidas tenencias en moneda dura de aquél. Uno de esos rumores consistía en que el Gobierno exigiría a las provincias que avancen en un nuevo canje, al menos de aquellos títulos en dólares que no se habían renegociado en una primera instancia.