Tras los más de 40 días que llevó el canje de deuda con los holdouts -que finalmente logró una adhesión de 70%-, finalmente ayer la calificadora Fitch Rating elevó la nota de los títulos de deuda de Argentina. De todas maneras, el propio ministro de Economía, Amado Boudou, relativizó esa mejoría en la evaluación.
De acuerdo con el análisis de Fitch, la calificación de la deuda de largo plazo en moneda extranjera pasó de “RD” (default restringido) a “B”, mientras que los compromisos en moneda local fueron colocados en “B” contra el “B-” anterior.
La compañía sostuvo que la nueva nota “representa un paso positivo hacia la normalización de la relación de Argentina” con sus acreedores y los mercados financieros internacionales. Desde 2002, cuando el país cayó en default, no se observaban mejoras significativas en la calificación de la deuda de Argentina.
Fitch Rating subrayó además que, mediante los canjes instrumentados en 2005 y en junio de este año, el país retiró del mercado cerca de 93% de los bonos defaulteados en 2002. Aún quedan 5.450 millones de dólares de acreedores que no aceptaron la propuesta argentina y, de acuerdo con los cálculos oficiales, 85% de ese monto está en manos de los llamados “fondos buitres”, que litigan contra el país en tribunales internacionales.
Para Fitch las necesidades de financiamiento que enfrenta el país en los dos próximos años “parecen manejables”, especialmente por los fondos obtenidos por medio de préstamos otorgados por distintas dependencias oficiales y por el uso de las reservas de libre disponibilidad. Se especula ahora que en las próximas semanas la calificadora Moody’s también suba la nota de Argentina.
De todas maneras, Boudou relativizó la mejoría en la calificación de Fitch y consideró que “la nota no tiene nada que ver con los datos macroeconómicos” del país. “Nuestra visión de la calificadoras no cambió, pese a que subieron la nota”, recordó el funcionario.