El Gobierno nacional analiza la posibilidad de gravar la renta financiera, única actividad que aún no se encuentra alcanzada por ningún impuesto.
Así lo deslizó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien planteó que todavía “hay cosas puntuales” que el Ejecutivo debe trabajar. “Por ejemplo, todo el tema de la renta financiera es un tema”, enfatizó el funcionario en declaraciones a la prensa. Esta medida se enmarcaría dentro de la política oficial de redistribución de la riqueza, la que llevó también al Gobierno a lanzar las polémicas retenciones móviles que desataron el dilatado conflicto con el sector agropecuario.
Fernández reconoció que en la Argentina quedan “cosas para corregir” en materia impositiva y consideró que los impuestos sobre el consumo, que impactan con mayor fuerza a la población de bajos recursos, “no tienen el peso” que tenían años atrás respecto a la recaudación total.
“En el ingreso general, el impuesto al consumo representa menos que en otros tiempos”, aseguró el funcionario. De cualquier manera, Fernández evitó avanzar con detalles acerca de la evolución de ese proyecto, como así también los plazos de la puesta en vigencia, en caso que se resuelva ponerlo en marcha. No obstante, se estima que cualquier movimiento sobre el tema se concretaría una vez que se supere el conflicto con el campo, de modo tal de no sumar nueva presión al ya convulsionado panorama de los últimos meses.