ESCUCHARA casi dos meses de haber entrado en vigencia el “dólar agro” para las economías regionales, las conclusiones preliminares indican que no está dando el resultado esperado por el Gobierno. Aunque seguirá vigente hasta el 30 de agosto, los sectores detectan varios inconvenientes para poder utilizarlo, por lo que están reclamando una mejora cambiaria, ya que con la devaluación del tipo de cambio oficial (pasó de $218 en abril a $256 ayer, un incremento del 17,4%), el valor otorgado cada vez resulta menos atractivo. Y será peor a medida que pase el tiempo, ya que se mantendrá el crawling peg.
Si se lo mide respecto al dólar paralelo, la pérdida de valor de lo que recibe el productor es aún más evidente. El día de la implementación del tipo de cambio diferencial la divisa norteamericana cotizaba $392 en el mercado paralelo, por lo que los $300 que ofrecía el Gobierno representaban el 76,5% de la misma. Al día de ayer la moneda verde cerró a $484, por lo que los $300 compraban el 62,2% de un dólar paralelo.
Desde la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) están terminando de pulir un documento que muestra, sector por sector, cuál ha sido el beneficio para la cadena productiva. Según fuentes de las entidades empresarias, “si se pensaba que la medida iba a llegar al generador de la materia prima, eso no sucedió”.
“Lo que Bahillo (Juan José, secretario de Agricultura) promovía no ocurrió, según lo que pudimos corroborar. El productor no exporta. El que exporta es el acopiador, el galpón de empaque. Además, las empresas tienen que entrar en Precios Justos; los productores no llegan a la góndola por lo general”, dijeron desde el ruralismo. Así, los intermediarios son los grandes beneficiarios del esquema oficial, aprovechando doblemente la brecha entre el productor al que le pagan en pesos y el precio que reciben por exportar.
En total, según las estimaciones del mercado, las divisas que ingresaron por ventas de las economías regionales alcanzaron los US$280 millones, equivalente al 5% de los US$5.150 millones liquidados totales bajo el cambio diferencial, incluyendo a la soja y a todo el complejo cerealero-oleaginoso.
“La mayoría de los productos de las economías regionales son anuales. En el caso de la aceituna, la cosechás y la tenés que elaborar. Ese proceso lleva un tiempo. Luego tenés que considerar los plazos de pago, y si bien muchas empresas están pidiendo pagos anticipados, eso muchas veces implica una fuerte reducción del precio que hace que a la empresa le deje de convenir el negocio”, dijo un empresario olivícola.
Desde el sector citrícola, en tanto, afirmaron que ya se exportaron 85.000 toneladas de limones frescos y la cáscara, el jugo y el aceite se va vendiendo de a poco durante todo el año para que el precio no se deprima tanto. “Hay muchos productores que venden su fruta a las industrias y empacadores que tienen un acuerdo de pago diferido. El dólar agro no ha tenido un impacto considerable en la cadena”, dijo José Carbonell, presidente de Federcitrus. En cuanto a la exportación de mandarinas y naranjas, el directivo explicó que la temporada fuerte arranca a fines de julio, por lo que prácticamente las empresas ya no podrán hacer uso de la ventaja cambiaria.
