CRA lanzó campaña para refutar la responsabilidad del campo en el encarecimiento de los alimentos

Por medio de flyers , la entidad agropecuaria pone en evidencia la brecha de los valores de algunos artículos de la canasta alimentaria desde su estado primario hasta que llegan a la góndola y destaca que en el país hay dos “componentes excluyentes en la formación de los precios”: los impuestos y la inflación.[privado]

Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) lanzó el miércoles una campaña de flyers digitales con los que pretende refutar la idea del Gobierno que les adjudica a los productores agropecuarios la responsabilidad por el incremento de los precios de los alimentos.

“Decir que los productores agropecuarios somos formadores de los precios pagados por el consumidor final en góndola no es sólo una falta de veracidad técnica, es también un desconocimiento pleno de cómo funciona el andamiaje productivo del país”, aseguró la entidad que preside Jorge Chemes, en un comunicado de prensa.

Para fundamentar su posición, CRA afirmó: “Los productores somos el eslabón primario de todas las cadenas, aquel donde empieza el flujo de materia prima que luego llega a la mesa de cada hogar; somos el primero en mérito, aquel que enciende la maquinaria productiva y transformadora del país; no lo dice un sector, lo dicen los números, las estadísticas, lo muestra nuestra participación en las exportaciones, en el PBI, en el empleo formal privado”.

Sin embargo, aseguró que son “el último eslabón de la cadena en flujo monetario ya que el mismo inicia en el consumidor final y va desandando cada eslabón en la cadena hasta llegar al productor. Esto es lo que hace que el productor sea un tomador de precios en el mercado y no un formador”.

“Los productores gestionamos costos y no precios, establecemos nuestra estructura productiva en base a los precios que el mercado refleja para nuestros bienes, resultado de nuestra producción; y es que en una cadena comercial no hay más dinero para repartir que el que un consumidor paga por ese bien o servicio”, refirió en el comunicado.

Seguidamente y para refutar la idea del Gobierno, CRA indagó sobre la incidencia que tiene el precio que cobra el productor en el monto final de cuatro productos alimenticios.

Así, cuestionó “¿cómo podemos ser formadores de precios si de lo que le pagan al productor, el trigo multiplica siete veces su precio hasta llegar al consumidor final (en forma de pan) y dos de esas siete” veces se explican por los impuestos.

La misma indagación hizo para el caso de la leche, de la cual indicaron que multiplica cuatro veces su precio desde que sale del tambo y una vez de esas cuatro se debe a los impuestos.

El mismo caso se repite en la carne bovina, que también se multiplica por cuatro y una se explica por impuestos.

Finalmente, indicó que el grano utilizado para la alimentación del pollo parrillero se multiplica 4,47 veces y 1,38 vez es por impuestos.

Los valores no están alejados de aquellos que aporta el último Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora mes a mes la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el que se indicó que la brecha de precios entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor en góndola se ubicó en enero pasado en un promedio de 5,51 veces -aumentó 17,7% en relación con diciembre de 2020 para el promedio de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa familiar-.

Incluso, el reporte de la CAME agrega que la variación de enero fue impulsada “porque, en promedio, los precios al consumidor de los productos relevados subieron por encima de los precios que se pagan al productor (12,7% vs. 3,3%)”.

Los mayores responsables

Con estos argumentos, CRA aseveró que “en Argentina hay dos componentes excluyentes en la formación de todos los precios: los impuestos (41% de lo que cargamos en el chango de un supermercado son impuestos) y la inflación (en Argentina durante 2020 fue de 36,1%, mientras que otros países, como Uruguay, fue de 8,1%, en México de 3,5%, en Chile de 3,1%, y en Perú de solamente 2,6%)”.

“Es por esto que, por falta de información, de conocimiento, por ignorancia o por una ideología carente de sustento y desacoplado de la verdad, de la realidad, se establece una suerte de ‘Caza de Brujas’, que es (al igual que en la inquisición) querer echarle la culpa de una situación que en Argentina ya es estructural a los que no solo no la tienen sino que también son los que hoy trabajan para que en la mesa de cada uno no pase las privaciones que vemos en otros países cercanos”, disparó la CRA en el comunicado.

Asimismo, se valió de un trabajo realizado por el Departamento Económico de su entidad para indicar que desde enero de 2017 a febrero de 2021, la carne multiplicó por 4,3 veces su precio, “la leche en góndola se multiplicó 4,4 veces; el gasoil se multiplicó 4,3 veces; la canasta básica se multiplicó 4,23 veces; el dólar oficial del Banco Nación se multiplicó 5,8 veces”.

“Para entenderlo mejor -dijo CRA-, en enero de 2017 con $100 se podía comprar una combinación y una cantidad determinada de productos de la canasta básica, mientras que para comprar hoy -en febrero de 2021- esa misma cantidad y combinación se necesitan $383”. Y destacó: “La inflación en Argentina se genera por las políticas monetarias, la presión fiscal y las intervenciones viciosas en las cadenas de precios”.

Y finalmente lanzó: “En economía como en la vida, se puede hacer cualquier cosa, lo que no se puede, es evitar las consecuencias de sus actos. Buscar culpables en vez de soluciones, tener diagnósticos de situación basados en posiciones ideológicas y no académicas, lleva a una caza de brujas que sólo da lugar a más incertidumbre y miedo del futuro”.

La yerba Un informe elaborado por el sector Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revela que los impuestos explican 39,3% del precio de un kilo de yerba mate en góndola, mientras que el productor primario sólo es responsable de 22,4%.

Para FAA, lo que cobran los productores de Economías Regionales no llega a 10%

Por su parte, la Federación Agraria Argentina (FAA) emitió ayer un comunicado de prensa en el que comparó el precio por kilo de diversos productos de las economías regionales de consumo habitual en las familias argentinas, con lo que perciben los pequeños y medianos agricultores que los producen. “En muchos casos, el porcentaje de incidencia del valor que cobran los productores sobre el precio en góndola no llega a 10%, como se puede ver en el caso de las bananas (7,75%), las aceitunas (7,81%), la pera (8,38%) o la manzana (9,13%)”, se indicó.

“Otros, como el vino tinto, es de 12,94%, mientras que en la papa es de 23,53%, el durazno para industria y fresco coinciden en 20,44%, el zapallito verde, 25,25% y el melón, 26,46%”, agregó para reforzar la idea que vienen pregonando las entidades: “Claramente los productores no somos formadores de precios, por el contrario, somos perjudicados, tanto como los consumidores, por las distorsiones que hay en las cadenas”.[/privado]