En el marco de la edición 2010 del Congreso Mundial de la Carne, en el barrio porteño de Palermo, especialistas y productores evaluaron el estado actual del mercado de la carne y anticiparon sus expectativas.
La incorporación a una dieta rica en proteína animal de millones de habitantes chinos parece ser el principal motor del sector; mientras tanto, los mercados en los que el consumo era típicamente de carnes rojas, como Argentina o EEUU, la tendencia comienza a cambiar de dirección. Así, la decisión estratégica que adopte China respecto de su autosuficiencia en carne roja y carne de corral será decisiva para los productores de muchas regiones.
Numerosos expositores internacionales pasaron por el evento para analizar el presente y futuro de la actividad. Por ejemplo, Joel Haggard, de la Federación de Exportación de Carne de los Estados Unidos, explicó que en ese país se registró una restricción de crédito y por ende una menor demanda y un menor consumo, mientras que -además- no se crean fuentes de trabajo. Sostuvo que “esta caída viene desde hace 35 años. El cerdo se mantuvo, pero cayó la carne roja y subió la avícola”. Por el contrario, “China sorprendió al mundo en 2008 con la masiva compra de cerdo. Este fuerte ingreso al mercado mundial obligó a importantes cambios estructurales en la exportación de todos los países, incluyendo los Estados Unidos”, manifestó.
Alimentos. Un mercado en tensiones
Al igual que en Argentina, la producción agropecuaria se encuentra atravesada por tensiones originadas tanto en los mercados internacionales como en los internos y en las definiciones de política estratégica. “En Estados Unidos quisiéramos alcanzar las dos millones de toneladas de producción de carne de cerdo, es decir 20 por ciento de la producción total, pero esa meta no será fácil”, aclaró Haggard. Expresó que “la disponibilidad de la tierra no es ilimitada: se parece a la que teníamos hace 50 años; lo mismo ocurre con la disponibilidad de granos para ganado; las políticas federales alientan la producción de etanol y se espera que aumente la producción de maíz para combustibles”. “A eso hay que sumarle el desafío de la sustentabilidad en la producción. No será fácil conciliar todos estos aspectos”, sostuvo.
Con miras al futuro
Los operadores dejaron en claro que el comercio internacional de carne mejorará en el futuro. Al respecto, Jerry O’Callaghan, director de Relaciones con los Inversores y miembro del Comité Ejecutivo de JBS, dio un panorama positivo de las próximas décadas. En este sentido, dejó un claro mensaje para Brasil y Argentina: “Esperamos más carne en el mercado internacional”, afirmó.
La ponencia y el análisis sobre Argentina como gran exportador y con miras hacia el futuro, estuvo a cargo de Héctor Salamanco, director ejecutivo del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas. La reflexión de Salamanco coincide con la de los especialistas: actualmente se vive un período de incertidumbre económica. En este sentido, Argentina tiene dos grandes desafíos que enfrentar: por un lado, remover las restricciones sanitarias, lo que actualmente permite acceder sólo al mercado europeo, esto es, 15 por ciento del mercado global; y por otra parte, reconstruir un rodeo que se encuentra diezmado.
Por su parte, el secretario de Agricultura de la Nación, Lorenzo Basso, afirmó que la producción de alimentos crecerá con fuerza en Argentina durante los próximos años y que el sector cárnico cuenta con la tecnología necesaria para mejorar la eficiencia e incrementar su stock. El secretario sostuvo que “Argentina va a incrementar la producción de alimentos en los próximos años, y si se mantiene el consumo de carne en 55 kilos (per cápita anual) vamos a aumentar los saldos exportables”.
Otra importante conclusión: las exigencias de que los productos respeten condiciones de sustentabilidad todavía no se han convertido en una barrera para-arancelaria, pero ello tampoco fue descartado para el futuro.