El titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE), José Simonella, alertó ayer sobre un semestre de recesión económica después del cambio de gobierno, “aun con buenas expectativas”.
En un nuevo encuentro de trabajo en el que la Comisión de Economía de la entidad colegiada analizó los problemas coyunturales de cara al próximo balotaje presidencial,
Simonella indicó que en procesos económicos como los que se vienen ocurriendo en Argentina en los últimos tiempos “pierde la inversión y el empleo”, ya que no ayudan al clima de negocios las medidas “arbitrarias” que se resuelven de un día para otro.
“No ayudan decisiones que implican distorsiones para la economía en su conjunto. No se trata de que los gobiernos no intervengan sino de que haya más previsión. Hay argentinos que están invirtiendo en países limítrofes como Chile y Perú, incluso en Sudáfrica, porque se manejan con un grado mayor de certeza”, dijo. La previsión del CPCE es que, aun con buenas expectativas, el nivel de actividad en la primera parte de 2016 siga frenado y con un escenario recesivo.
Coyuntura
Para los economistas del CPCE, los dos problemas económicos a “cortísimo” plazo son la inflación y la escasez de divisas.
Para graficar el significado de este último inconveniente, Mary Acosta y Guillermo Pizarro tomaron distintos indicadores de solvencia. “Por ejemplo, hoy representan 2,8 veces los pagos de vencimiento de deuda (era 5,8 en 2012, el nivel más alto en los últimos cinco años).
Respecto de las importaciones, el vínculo es de tres meses (el más elevado fue también en 2012)”. Acosta planteó que el valor de estos indicadores “depende mucho de las características del país, pero que una cifra por debajo de uno está marcando un riesgo”. Las reservas ya no llegan a US$27 mil millones, de los cuales las de libre disponibilidad rondan US$12 mil millones.
El otro problema -sostuvieron- pasa por la inflación, que este año se moderó al usar el Gobierno el tipo de cambio como ancla de los precios. “El origen de la desaceleración se fundamenta en la tasa de devaluación, que ha estado por debajo de 15% durante todo el año”, dijeron.
Por su parte, el frente fiscal “presenta problemas por el aumento del ‘rojo’ surgido a partir del incremento de la brecha entre gastos e ingresos totales. En el acumulado a julio, ya se registra un déficit de $1.547 millones por encima del de todo 2014”.
Acosta subrayó que en el segundo semestre “siempre se acelera más el gasto. Hay especialistas que entienden que el (Banco) Central todavía tiene margen, hasta fin de año, para asistir al Tesoro por unos $80 mil millones. El tope va creciendo en función de la evolución de la recaudación, aunque el espacio para moverse es escaso porque ya se está al límite fijado por la Carta Orgánica” (del Central), dijo.
Propuestas de campaña
El CPCE también analizó las diversas propuestas para resolver la escasez de divisas, entre las que se cuentan la corrección del tipo de cambio, la liquidación de exportaciones retenidas o el acceso al mercado de capitales, que dependería de un acuerdo con los holdouts.
“Si las medidas fueran de shock, el impacto sería en los sectores de menores recursos económicos -alertó Acosta-, mientras que el gradualismo tendría un alcance paulatino de la metas que se propongan”. Insistió en que no ven posible el abandono del “cepo” en el corto plazo sin que haya una salida de capitales importantes: “Hay una demanda contenida de divisas por efecto del cepo”, dijo.
Al respecto, Simonella apuntó que el precio es la clave. A su entender, rondaría el valor del “contado con liqui”: “Si no alcanza el valor de las expectativas de la gente, no se puede abrir el cepo”. Respecto de cómo encarar la lucha contra la inflación, los economistas recordaron que los candidatos en carrera no explicitaron claramente las políticas a instrumentar.
Entre las alternativas apuntadas se cuentan un plan expansivo de oferta y demanda (inversión extranjera y mayor consumo); cierre de la brecha fiscal por menos subsidios y financiamiento del déficit fiscal en los mercados.