ESCUCHAREl Gobierno definió ayer cuáles serán las empresas beneficiadas por la nueva política económica emergente de los cambios en el sistema financiero que sobrevendrán tras el nombramiento de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central.
Y con las primeras gestiones surgidas desde el máximo nivel del Estado, como la reunión de ayer entre la ministra de Producción, Débora Giorgi,y el titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega, se avanzó en el menú de entidades e instrumentos que se utilizarán para reimpulsar el crédito para la producción.
Con estas medidas, se pone así en marcha la primera medida tomada por el Consejo Económico que integran las máximas autoridades del Ministerio de Economía, el de Producción y el Banco Central. Se trata de la expansión de la base de financiamiento público para la producción, es decir la nueva política que debe orientar al conjunto del sistema financiero argentino, hoy casi exclusivamente dedicado a financiar el crédito para el consumo, pero no el de producción.
La reunión de ayer entre la ministra Giorgi y el flamante presidente del Nación, marcó el principio de un camino que la Administración de Cristina Fernández parece decidida a recorrer hasta el fin de su mandato.
Giorgi y Fábrega dialogaron sobre la evolución de los distintos instrumentos financieros en ejecución para el sector productivo y evaluaron las posibilidades de la entidad bancaria para potenciarlos.
Por su parte, en el Central Marcó del Pont, con un perfil desarrollista y productivista, ya dejó en claro que la autoridad monetaria acompañará el proyecto kirchnerista de inyectar fondos en la producción.
Apuntalar el crecimiento
El objetivo es comenzar a redoblar la exposición del BNA frente a los sectores productivos, con vistas a la recuperación de la economía del país, que este año registraría una mejora de cuatro por ciento, según los pronósticos más difundidos.
A la idea se acoplaría la banca privada, aunque para eso el Gobierno debe impulsar primero en el Congreso una reforma de la ley de entidades financieras, que hoy limita la ejecución crediticia, o buscar alternativas.
En la banca privada prima un modelo de elevada oferta de financiamiento a los consumidores con altas tasas de interés, pero el objetivo oficial es volcar fondos a la producción, a largo plazo y con tasas accesibles.
Por eso, el Gobierno optó por la salida más rápida, que consiste en impulsar el proyecto desde el BNA, el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y las entidades bancarias provinciales.
Por ese lado y para lograr que se sumen los bancos privados, el Estado podría realizar un proceso de licitaciones para ofrecer un subsidio de tasa a las entidades que ofrezcan préstamos a empresas.
Los sectores que llevan las de ganar en la primera etapa de esta estrategia son el turístico, la industria -a través del desarrollo de parques industriales- y los que trabajen en el proceso de integración productiva con Brasil.
Tras la reunión, la ministra de Industria destacó el “rol protagónico” del BNA para aumentar las inversiones productivas en el país y aseguró que eso permitirá sostener la recuperación económica que se registra desde el último trimestre de 2009-
Giorgi encabezó la reunión junto a varios funcionarios de su equipo, como el secretario de Industria y Comercio, Eduardo Bianchi; el subsecr
