ESCUCHAR“Si la confianza de los consumidores y las expectativas de los empresarios no repuntan y la incertidumbre continúa afectando al sistema financiero, se profundizará el deterioro de la economía real, la dolarización y la fuga de capitales”, indicó el informe de Ecolatina.
“En el primer trimestre de 2009, la incertidumbre empresaria y la confianza de los consumidores continuaron en caída y en muchos casos, se acercaron a los mínimos históricos”. La mayoría de los cálculos mostró signos de deterioro previos a marzo de 2008, y actualmente la caída de los índices son generalizadas y más pronunciadas.
Por su parte, el índice de confianza de la Fundación Mercado no sólo mostró en el primer trimestre de este año una baja de 31%, sino que alcanzó el mínimo nivel desde 2003. Según la Universidad Di Tella la confianza, en el mismo lapso, mostró una merma interanual de 22,6%, menor al promedio de 2008.
Asimismo, la confianza en el Gobierno es también un indicador con fuerte erosión, según Ecolatina. En el primer trimestre cayó 31,7% y se ubica 22% por debajo del promedio de los últimos 24 meses.
El Gobierno intentó revertir las expectativas mediante anuncios de obras y créditos “sin éxito”, aseguró Ecolatina, y agregó que “ahora, en tiempo preelectoral, la reversión en las caídas es más improbable”.
“Los agentes revisan sus decisiones y adoptan comportamientos precautorios. Los inversionistas postergan gastos y, en muchos casos, se refugian en activos seguros y tratan de evitar riesgos. Los empresarios resuelven mantener o ajustar la producción, la inversión y la dotación de personal” mientras que “en las familias, hay un fuerte freno en el consumo”. Según la última encuesta de Ibarómetro, el mayor temor es a perder el empleo.
Si bien el freno de la economía reduce la demanda de pesos, son la desconfianza y la incertidumbre las que potencian la contracción monetaria, sostiene Ecolatina. La contrapartida es la creciente dolarización de activos dentro o fuera del sistema local. En marzo los depósitos privados en dólares crecieron 27%, y los de moneda local cayeron 0,7%. Los bancos, ante el temor de que se “espiralice” la fuga, aumentan su liquidez y disminuyen la oferta de créditos, se aseguró.
