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Por Luz Saint Phat / [email protected]
Según información internacional, nueve de cada diez personas respiran en entornos altamente contaminados. Reconocer la urgencia de este tema es el primer paso para actuar
Comenzó septiembre y con este mes primaveral, en Córdoba, volvió a estar sobre la mesa de debate la problemática de los incendios, una cuestión recurrente de todos los años.
Durante estos días, además de la quema de hectáreas y la amenaza que esto implica para la fauna, la flora y los seres humanos, los habitantes de la capital cordobesa pudieron percibir la contaminación del aire por las cenizas en suspensión.
Esto que sucede es parte de una problemática mundial relacionada con la cuestión del medio ambiente y su impacto en la salud.
A esta variable, se suman también el cambio climático en general y los factores atmosféricos como principales causantes de que las personas respiren en entornos altamente dañinos para la salud.
“El cambio climático incontrolado, los incendios forestales y la contaminación atmosférica siguen teniendo un impacto negativo en espiral sobre la salud, los ecosistemas y la agricultura”, aseguró un comunicado de la ONU publicado a inicios de este mes, sobre la base de datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En esta línea, la misiva recuperó las declaraciones de Lorenzo Labrador, científico de la entidad, quien indicó que “casi todos los habitantes de la Tierra, básicamente nueve de cada diez personas, respiran aire que esencialmente no es apto para su propósito”.
“Esto significa que se trata de aire que supera los límites de las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y contiene un alto nivel de contaminantes, siendo básicamente los países de ingresos bajos y medios los más afectados”, aseguró el referente al precisar datos sobre una problemática que aún está lejos de revertirse.
Cambio climático
En relación a esta situación, ya está demostrado que el cambio climático es el principal factor que contribuye a la contaminación del aire, entendiendo que la acción del hombre sobre su ecosistema provoca fuertes modificaciones del ambiente con consecuencias negativas para la fauna y la flora.
Así, el hecho de que las personas respiren aire contaminado, es “sólo uno de los muchos descubrimientos inquietantes que figuran en el último boletín de OMM sobre la calidad del aire y el clima”, advirtió la ONU en su misiva.
Como ejemplo, el comunicado de prensa reveló que, en los primeros ocho meses de 2024, no se registró ninguna disminución de los períodos de calor intenso y sequías persistentes en todo el mundo, lo cual “aumenta el riesgo de incendios forestales y contaminación atmosférica”, tal como está sucediendo actualmente en Córdoba.
“El cambio climático significa que nos enfrentamos a este escenario con una frecuencia cada vez mayor. La ciencia y la investigación interdisciplinarias son fundamentales para encontrar soluciones”, alertó la agencia meteorológica de la ONU.
Así, la ONU instó en su comunicado a contrarrestar “uno de los mayores riesgos ambientales para la salud” y numerosas enfermedades prevenibles, como los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías, el cáncer de pulmón y las enfermedades respiratorias agudas, entre ellas el asma.
“Sólo la contaminación del aire, procedente en su mayor parte de los vehículos y la industria, causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año”, declaró Labrador a la prensa.
Impacto productivo
Por otro lado, la contaminación del aire también incide de manera significativa en la obtención de materia prima de calidad en materia de alimentación.
“Aunque en general se entiende que el aire contaminado -que contiene partículas microscópicas, incluyendo sulfatos, nitratos, amoníaco y hollín procedente de la actividad humana e incendios forestales- es perjudicial, Labrador reiteró las conclusiones de la agencia para 2023 de que estos y otros contaminantes también tienen un impacto perjudicial en la seguridad alimentaria”, precisó el comunicado de ONU, ya que estas partículas pueden afectar gravemente a la productividad de los cultivos básicos como el maíz, el arroz y el trigo.
“Gran parte de esta contaminación por partículas que afecta al rendimiento de los cultivos se debe a prácticas antropogénicas, entre las que se incluyen las prácticas de uso de la tierra, como el laboreo y la cosecha. También la aplicación de fertilizantes y la quema de rastrojos al final de la temporada de cultivo”, aseguró el referente de la OMM.
Considerando esta información, y teniendo en cuenta de que el pasado sábado 7 de septiembre se conmemoró el Día del Aire Limpio para Cielos Azules, la ONU y la OMM emprendieron acciones para que los gobiernos de los países puedan proteger la salud, el medio ambiente y la economía, reconociendo la problemática de la contaminación atmosférica e iniciando acciones para mitigar sus efectos y promover el cuidado del aire.
