El titular de la Confederación General de Profesionales de Argentina (CGP), Fabián García, analizó el futuro de las profesiones universitarias. “Lo que esto nos demostró el coronavirus es que lo que era normal antes de la pandemia, en algunos aspectos era tremendamente ineficiente”
La multiplicidad de aspectos que modificó la pandemia del coronavirus en la vida personal, laboral e institucional deja una serie de aprendizajes. Fabián García, presidente de la Confederación General de Profesionales (CGP), entidad que nuclea a los matriculados del país, lo analizó para Comercio y Justicia.
“Lo que estamos viendo en el sector profesional es que en la situación de pandemia se ha profundizado no sólo en su impacto sobre las sociedad y los profesionales en particular, sino que en su extensión territorial y temporal tiene un impacto más grande de lo que podríamos haber previsto. A partir de esto, haciendo una prognosis de cómo va a retomar el sector profesional, va a ser necesario ver primero hasta qué punto nos lleva esta pandemia en lo económico y la presión sobre las diferentes profesiones”, describió el dirigente.
García resaltó que será necesario hacer un análisis del control de daño, de cuán profundo fue el impacto de la pandemia en el sector “y a partir de eso resignificar para volver a una normalidad que no debe ser la prepandemia, porque lo que esto nos demostró es que lo que era normal antes de la pandemia, en algunos aspectos era tremendamente ineficiente”.
Afirma que el contacto vertiginoso de los profesionales con muchas herramientas informáticas, de teletrabajo y de otro tipo que salieron a dar respuesta en momentos críticos de esta etapa con covid-19, es algo a conservar y resignificar en pospandemia.
“¿Cuál es el futuro de las profesiones universitarias? En cada área profesional va a haber un impacto asimétrico. Hay un impacto particular sobre las actividades económicas, otro muy particular sobre el área salud, y así sobre cada uno de los sectores que involucra a las profesiones universitarias que es la totalidad de los intereses centrales como Nación.
Vamos a tener que hacer un análisis pospandemia para ver en qué lugar quedamos parados y aprovechar esta experiencia para que sea un salto cualitativo para todos nosotros como sociedad”, analizó el titular de CGP.
Avance estratégico
Desde el punto de vista institucional, la representatividad y la asociatividad han cobrado otro cariz en los últimos seis meses. Ése es otro de los aprendizajes.
“Esta pandemia dejó la estratégica importancia de tener una alta densidad institucional. Cuando todo es incertidumbre, fueron nuestras organizaciones sociales, nuestros colegios y entidades profesionales, las que a partir de una experiencia acumulada y una cultura de trabajo y de organización dieron respuesta social”, resaltó el presidente de la confederación que nuclea a federaciones profesionales por provincia y por disciplinas.
“Tenemos que resignificar el rol de nuestra construcción institucional y aumentar su densidad. Nosotros hemos hecho una encuesta nacional al principio de la pandemia para sacar una fotografía de cómo nos estaba impactando en las profesiones universitarias. Y esto lo pudimos hacer gracias a tener una construcción política institucional de alcance nacional. Claramente, tenemos que aprovechar este aprendizaje para dar un salto cualitativo en nuestra capacidad organizacional”, concluyó García.
Finalmente, como dato positivo, describió que organizaciones profesionales que estaban aisladas, que no estaban articuladas, se han incorporado en este tiempo a la confederación que dirige. “Esto es muy positivo -valoró- no solo en las organizaciones profesionales sino en organizaciones de todo tipo”.
Los “locos de la azotea”, profesionales con pasión de radio
Por Aníbal Seleme
El 27 de agosto fue celebrado, muy merecidamente, el centenario de la radiofonía con contenidos públicos. Muchos se enteraron ese día que la primera transmisión mundial fue realizada (¡oh milagro argentino, como el dulce de leche y la birome!) en el techo del Teatro Coliseo de Buenos Aires por el joven médico entrerriano Enrique Susini, acompañado por tres estudiantes de su misma carrera: César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica.
Los cuatro eran radioaficionados –término que recién se acuñaba– y el primero había traído de Europa algunos rezagos de transmisores utilizados en la Primera Guerra mundial. Es que en realidad, las ondas de radio (hertzianas, para los iniciados) se habían utilizado originalmente para transmitir de manera inalámbrica el código Morse y, más tarde, modulándolas apropiadamente, para mensajes entre barcos, aviones y tropas terrestres militares.
Pero estos jóvenes soñaban con darles otro destino: ponerlas al servicio de la cultura. Y para ello idearon un “debut” bastante ambicioso: transmitir la célebre ópera “Parsifal”, de Richard Wagner, para una reducidísima audiencia de unas cien familias “bien” de la Buenos Aires de ese entonces, que -también en viajes a Europa- habían adquirido receptores “a galena” y, por supuesto, estaban al tanto de lo que iba a pasar.
Y pasó: las voces del tenor y el barítono italianos Maestri y Morelli, la soprano argentina Sara César y la orquesta del teatro Costanzi de Roma, bajo la batuta de Felix von Weingarten, sensibilizaron un micrófono dispuesto ad-hoc, surcaron el intangible “éter” y llegaron a los auriculares de los privilegiados primeros presos del “rating” que ese día fue del 100% para la flamante “Sociedad Radio Argentina”, como habían denominado a su flamante emisora pionera en el mundo.
El resto de la historia: la rápida difusión y extensión de estas iniciativas por nuestro país y por todo el mundo fue explosiva. Y han logrado esa realidad por todos conocida, de cien años de evolución, cambios, éxitos, fracasos, incertidumbres y certezas. Y con su primer siglo a cuestas, la radio aún goza de excelente salud. Para decirlo de otra manera: contra vientos y mareas, como Córdoba, “la radio va”.
Por las particularidades de aquella primera transmisión, los cuatro pioneros fueron denominados “Los locos de la azotea”. Además de cualquier otra consideración profesional, vocacional, comercial o la que se quiera encontrar, aquellos “locos” aún tienen seguidores. Como, por ejemplo, los que sin ser estrictamente “profesionales” de la radio, ya que nos hemos formado en otras profesiones universitarias, nos dedicamos a llevar adelante programas radiales dedicados a la divulgación de actividades profesionales o cuestiones científico tecnológicas y culturales.
Ligados a nuestros respectivos colegios profesionales y a las federaciones por profesión o por provincia, y en nombre de la Confederación General de Profesionales, algunos de los nuevos “locos de la azotea” unimos nuestras voces para homenajear el centenario de la radiofonía mundial, en una emisión radial que se escuchó el 27 de agosto a las 21 (se dice que la primera transmisión comenzó seis minutos después). La retransmitimos en nuestros propios horarios y lo “subimos” al canal de YouTube “noticiascgp ra”.
Dos veterinarios, un médico, un biólogo, un arquitecto, un abogado y un licenciado en ciencias de la comunicación, desde nuestras respectivas emisoras en La Plata, Córdoba, Corrientes, San Juan y Monte Hermoso, en nombre de otros muchos, que seguramente sumaremos para el nuevo proyecto que surgió mientras llevábamos a cabo esta primera “locura”: articularnos en una red nacional, que lleve el mensaje de distintos campos de la ciencia, la tecnología, la cultura y el quehacer profesional, a toda la sociedad: la verdadera depositaria, en suma, de lo mejor de nuestros esfuerzos tanto en el campo profesional, como en el de la comunicación.
* Secretario de Prensa y Difusión de la Confederación General de Profesionales (CGP), biólogo presidente de Fapbio.