lunes 25, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Las madres del paco y una lucha que estamos perdiendo

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Columnas pasadas hablábamos del caso de Mónica Torres, la vecina de barrio Yapeyú que se animó a denunciar a los criminales que asolaban su barrio, lo que le ocasionó tener que mudarse, no sin antes haber padecido amenazas, agresiones y otras situaciones desagradables y violentas.

Esta semana nos encontramos con el reclamo de un grupo de madres de barrios Müller y Maldonado quienes, acompañadas por el cura párroco de la zona, Mariano Oberlin, se animaron a denunciar las bandas de narcos que vender paco a sus hijos en la zona; además hicieron pública la situación límite que ellas viven, y pidieron ayuda para rescatar a sus hijos de este flagelo y seguridad para ellas quienes, al animarse a divulgar su reclamo, pusieron su vida y bienes en riesgo.

El propio arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, ofició una misa el pasado lunes 23 en la parroquia Crucifixión del Señor de barrio Müller para acompañar a las llamadas “madres del paco”. En la homilía expresó: “El futuro de nuestras familias, de nuestras comunidades y en definitiva de nuestra Patria está seriamente comprometido”.

Le asiste totalmente la razón en sus palabras. En la última década no ha existido aspecto concerniente a las drogas que no haya experimentado un aumento sostenido, sea que hablamos de consumo, producción, exportación, lavado de dinero y muertes violentas vinculadas con la droga.

Según el Observatorio de Drogas de la Sedronar, entre 2004 y 2014 el consumo de marihuana pasó de una incidencia de 1,9% a 3,2%, y el de cocaína de 0,3% a 0,7%. Una vez más vamos a decirlo: no son simples cifras, es la muestra de miles de personas que han entrado en un infierno personal y social. Hoy por hoy, la mitad de los consumidores de cocaína y cerca de 20% de los de marihuana se encuentran dentro de la categoría de “consumidores severos”.

Se trata también de un flagelo que sufren los que menos tienen. En este sentido, el Barómetro del Narcotráfico y las Adicciones de la Universidad Católica Argentina señaló en un estudio del año pasado que 45% de los hogares urbanos reconoce que hay venta de drogas en su barrio, y en los sectores de menos ingresos (villas y asentamientos) el registro se eleva al 84%.

También, respecto de las causas, se expresó en el sentido deque “la expansión de la venta de drogas en villas y asentamientos está asociada tanto al déficit en la presencia estatal, que se manifiesta en las dificultades para acceder a la vivienda, servicios e infraestructura básica, así como en las escasas posibilidades de trabajo”. Es así que “Con base en la falta de oportunidades educativas y laborales, el reclutamiento de los jóvenes por las redes de delito organizado resulta más efectivo. La posibilidad de mayores ingresos a los que podrían acceder con un empleo precario, y la perspectiva de adquirir sentido de pertenencia y reconocimiento al interior de esas redes, se constituyen en un fuerte estímulo para ingresar a las bandas narco”.

Los diagnósticos coinciden en un estado ausente desde lo social e ineficaz en lo policial y legal para hacer frente a dicho crecimiento.

Se trata, pues, de una lucha que estamos perdiendo y urge cambiar ciertos enfoques para no terminar en las tristes situaciones que asolan a otros países de la región. Pero eso lo trataremos en la próxima.

* Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. **Abogado. Magister en Derecho y Argumentación Jurídica

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