Los cuidados de la madre valen la cuota alimentaria

La Cámara villamariense consideró que el progenitor no demostró ninguna causal que le permitiera reducir los alimentos, fijados en 20% de su sueldo Con una mirada de género basada en el cuidado personal de la madre a su hija, la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Familia y Contencioso Administrativo de la ciudad de Villa María confirmó la resolución de primera instancia que negó la reducción de cuota alimentaria peticionada por el progenitor. Éste había argumentado la existencia de otros hijos, su actividad laboral y la situación económica de su mujer. [privado] El tribunal integrado por los vocales Alberto Ramiro Domenech, Augusto Gabriel Cammisa y Luis Horacio Coppari, al analizar la apelación presentada sostuvo sobre la existencia de otros hijos que como había señalado la jueza de grado, el padre no podía resistir la pretensión de alimentos por la circunstancia de tener otros deudores alimentarios puesto que la deuda con relación a cada uno de ellos deriva de la responsabilidad parental. Instrumental Los jueces agregaron que si bien el apelante acompañó la instrumental que acreditaba que tiene otros tres hijos, manifestó que están a cargo de la madre de ellos, sin que hubiera aportado pruebas de que abonaba cuota alimentaria o afrontaba gastos a su respecto, pese a ser el eje en que fundaba el pedido de reducción de la cuota alimentaria provisoria fijada en este caso. De tal manera, se sostuvo: “Los argumentos referidos a que la cuota aquí establecida es excesiva con relación con los demás hijos, resultan improcedentes”. Luego, respecto a la actividad laboral y de generación de ingresos invocada como eximente por el hombre, el tribunal señaló que el recurrente no se hacía cargo de otro aspecto central del fallo. “Todo progenitor debe realizar los esfuerzos que resulten necesarios –efectuando trabajos productivos- sin que pueda excusarse de cumplir con su obligación alimentaria invocando ingresos insuficientes, salvo los supuestos de imposibilidades o dificultades prácticamente insalvables”, destacaron. Además, consideraron que si aquel trabajo resulta insuficiente, debe “redoblar sus esfuerzos” para cumplir con las obligaciones que emergen de su responsabilidad parental. No era excesiva Así, los magistrados estimaron que el apelante no había demostrado que la cuota alimentaria provisoria fijada en el 20% de su sueldo excediera sus posibilidades económicas ni que resultase excesiva para satisfacer las necesidades de manutención, educación, esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gastos por enfermedad y otros necesarios de su hija. Asimismo, en lo relativo al agravio por la supuesta mejor condición económica de la madre, el fallo señaló que el padre justificaba el pedido de reducción de la cuota alimentaria provisoria en la circunstancia que la madre de la niña tiene también un trabajo estable y vive en una casa prestada por sus padres, mientras que él alquila el lugar donde vive. al respecto los jueces afirmaron: “La responsabilidad parental de cada progenitor no se relaciona con la del otro, ni un padre puede eximirse del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias en función de la mejor situación económica, social o laboral del otro”. Por otro lado, la decisión consideró el cuidado personal de la madre y los alimentos de los hijos desde una perspectiva de género, alegando que en el caso no se discutía que la madre haya asumido el cuidado personal de la hija de ambas partes desde su nacimiento el 19/05/2008, y fue reconocida por el padre en noviembre de 2013. Sobre el particular, los jueces precisaron que ese cuidado se traducía en un conjunto de tareas cotidianas destinadas a atender las tareas del hogar y de la familia que insumen tiempo, energía y recursos, por lo que consideraron indudable que merecía ser valorado económicamente, aun cuando no lo realice un tercero contratado a tales efectos. Necesidades Desde esta perspectiva, la sentencia sostuvo que la madre no sólo había atendido las necesidades económicas de su hija, sino también otras cotidianas que no son remuneradas pero que “ciertamente tienen un valor susceptible de ser determinadas en dinero” y que el padre no podía soslayar..Así se concluyó: “Las supuestas mejores condiciones en que se encuentra la madre, redundan en un beneficio para la hija común, mas no son un argumento atendible para que el deudor alimentario se mantenga en una posición renuente a asumir los deberes legales que le competen, especialmente cuando la madre ha asumido el cuidado personal”. Finalmente, por lo expuesto, en el fallo se resolvió rechazar el recurso de apelación planteado por el demandado incidentista, y confirmar la resolución impugnada en todo cuanto había sido materia de recurso. Autos: “S., M. L. C/ D., M. C. – JUICIO DE ALIMENTOS – CONTENCIOSO” [/privado]

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