En medio de un clima de desconfianza, que elevó la demanda de dólares con su consecuente escalada en el precio, el Banco Central decidió tomar el “toro por las astas”, “castigando” a quienes especularon, y salió fuerte a intervenir en el mercado ofertando US$1.000 millones para sujetar el valor de la moneda nacional, incluso bajandola algunos puntos.
Si bien en los últimos días el Central convalidó una suave devaluación, superior al 10% en lo que va del mes, esta vez la intención fue ponerle un techo para evitar algún riesgo inflacionario. De esta manera, tras haber alcanzado en Capital Federal los $3,44, con la intervención de la entidad que preside Martín Redrado, el billete se contrajo y cerró en $3,39.
Sin embargo, y pese a que la suba responde a uno de los reclamos que la Unión Industrial Argentina (UIA) viene realizando al Gobierno nacional, para el sector manufacturero “todavía no alcanza”.
De esta manera lo indicó Juan Grundy, titular de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba (CIMCC), quien explicó a Comercio y Justicia que “la volatilidad cambiaria no significa que haya una política económica contundente”. “Esta escalada en el precio de la divisa, lejos de generar confianza, confirma nuestra falta de previsibilidad, ya que así como hoy sube el dólar, nadie sabe si mañana vuelve a caer”, consideró.
Esta muestra de desconfianza se ratifica además en medidas bancarias. Así lo indicó a este medio Nadim Argañaraz, economista en jefe del Ieral, quien explicó que “la suba en el precio del dólar y el incremento en la tasa de interés de los bancos para retener los depósitos, son marcas claras del clima reinante”.
Por su parte, Grundy negó la posibilidad de que esta suba haya respondido a una estrategia estudiada del Gobierno, “sino, no hubieran salido a ofrecer semejante cantidad de dólares”, aseguró.
El economista Salvador Treber, consultado sobre si la suba era parte de una estrategia para fijar un nuevo precio, consideró que “de ser parte de una estrategia, el Gobierno no hubiera utilizado la cantidad de recursos con los que intervino en el mercado”. Por su parte, Argañaraz imaginó que el Gobierno tiene “in mente” una cifra para la moneda norteamericana. “Quizá sea de $3,40”, esgrimió teniendo en cuenta que, cuando en el día de ayer, el dólar alzanzó ese monto, el BCRA salió a ofrecer US$1.000 millones para sostener el peso.
Treber fue un poco más allá e indicó que “si el Gobierno lo dejara subir, no creo que sea más allá de los $3,50 ó $3,60”, porque si no, se dispararía la inflación, porque la suba en los costos se trasladaría inevitablemente a los precios”.
Pese a todo ello, desde los sectores industriales todavían consideran que para no perder competitividad, la moneda nacional debería devaluarse.
En ese peldaño se ubicó Omar Pelliza, titular de la Cámara del Plástico de Córdoba, quien le indicó a este medio que “el peso debería devaluarse como lo hizo el real en Brasil”.
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