lunes 25, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Aunque se invierte más dinero en educación, su distribución es inequitativa

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El financiamiento de ese sector creció de cuatro a 6,2 por ciento del PIB. El mayor aporte por alumno se concretó en cinco provincias patagónicas y en la ciudad de Buenos Aires.

En informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) revela que tanto el Gobierno nacional como la mayoría de las provincias cumplieron con la Ley de Financiamiento Educativo sancionada en 2005. Así, la inversión en educación en la Argentina creció de cuatro a 6,2% del Producto Interno Bruto (PIB), y el país pasó del 81º puesto -en 2004- al 19º en el ranking mundial de inversión educativa con relación a su riqueza. El aumento, sin embargo, no alcanzó para resolver las brechas de inversión educativa entre las provincias.

“Teniendo en cuenta las metas de inversión del Gobierno nacional, los provinciales y la ciudad de Buenos Aires, el conjunto de las metas presupuestarias de la Ley de Financiamiento Educativo se alcanzaron todos los años de su implementación, entre 2006 y 2010”, indicó Axel Rivas, investigador principal de Cippec. Así, en 2010, último año de vigencia de la norma, la inversión en Educación, Ciencia y Tecnología ascendió a $89.858 millones, 6,2% del PIB y 0,2% más de lo que preveía la ley.

Uno de los objetivos de esta ley fue aumentar la participación del Gobierno nacional con relación a las provincias en el financiamiento educativo. Desde 2005 hasta 2007 la participación del Gobierno en el financiamiento creció de 26,9% a 30,5%. A partir de 2008 el aumento de la participación se retrajo, y en los años siguientes la participación del Gobierno nacional en la inversión educativa consolidada se mantuvo levemente por debajo de 30%.

“Desde su sanción en 2005 el Gobierno nacional sobrecumplió todos los años las metas de financiamiento pautadas, aunque en 2010 lo hizo con el menor margen”, precisó Florencia Mezzadra, codirectora del Programa de Educación de Cippec. Así, en 2006 se invirtió 7% más de lo pautado; en 2007, 14% más; en 2008, 2% adicional y, en 2009, 11% más.

Las brechas entre las provincias

En 2010, la suma de las metas financieras que la ley exigía a todos los gobiernos provinciales se cifró en $60.577 millones. Luego, la inversión que efectivamente hizo el conjunto de las provincias ascendió a $63.727 millones, con lo que se cumplió con la meta global con un margen positivo de 5,2%.

Sin embargo, en 2010 no cumplieron con la meta de financiamiento Corrientes, Salta, Santiago del Estero y San Luis. En cambio, Santa Cruz (76% encima de la meta), Formosa (25%) y Santa Fe (21%) son las que más holgadamente cumplieron. “Lo que la ley no logró revertir son las brechas en la inversión educativa entre las provincias, producto de la desigual disponibilidad de recursos fiscales”, explicó Rivas.

Mientras que en 2010 Tierra del Fuego contó con recursos fiscales equivalentes a $22.000 por habitante, en Buenos Aires la suma apenas alcanzaba $4.300. Esta distribución desigual de recursos impacta directamente en el sistema educativo: Tierra del Fuego invierte $17.213 por alumno del sector estatal, mientras que Salta sólo logra invertir $3.276. La mayor inversión por alumno se alcanza en cinco provincias patagónicas y la ciudad de Buenos Aires, mientras que cinco provincias del norte y San Luis están en el extremo opuesto.

“A pesar de que la Ley de Financiamiento Educativo posibilitó un gran aumento en el financiamiento del sector, no logró disminuir las desigualdades en la inversión, ya que los mecanismos previstos no resultaron suficientes para compensar la inequitativa distribución de los recursos fiscales”, señaló Mezzadra.

Más inclusión, aunque sin extensión

El análisis de Cippec revela que grandes avances en las metas educativas están vinculadas con la inclusión. En el ámbito urbano se pasó de una cobertura del87% en 2005 en la población de cinco años, a 98% en 2010. También la matrícula de la sala de cuatro años creció 25% y pasó de 415.000 alumnos en 2005 a 512.000 en 2010.

En cambio, la extensión de la jornada escolar es la meta en la que menores avances se alcanzaron. En 2010, el porcentaje de matrícula que asistía a escuelas de jornada completa se mantuvo en 5,5%, tal como en 2005, mientras que 2,9% asiste a escuelas de jornada extendida. En conjunto, 8,3% de la matrícula asiste a alguna de estas modalidades, todavía lejos de la meta del 30% que establecía la ley.

Con respecto a la calidad educativa, el Operativo Nacional de Evaluación (ONE) muestra mejores resultados tanto en lengua como en matemática entre 2005 y 2010. A su vez, Argentina muestra una leve mejoría en el Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) en las tres áreas evaluadas en 2009: comprensión lectora, matemática y ciencias.

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