Recién asumido en la Nación, el villamariense señaló que buscan que aquellos que no terminaron la carrera, al ser absorbidos por industrias y empresas, vuelvan a la universidad a culminar sus estudios. Deciden si otorgarán beca o un estímulo al obtener el título.
Ante el déficit de ingenieros en el país, la Nación ajusta detalles para lanzar, en dos meses, un plan estratégico de ingeniería que pretende recaptar a 25.000 estudiantes que tienen dos tercios de la carrera cursada pero que desertaron de la universidad al ser absorbidos por industrias y empresas. La decisión política de ir tras ellos con un incentivo económico para que completen su carrera fue adelantada a Comercio y Justicia por el cordobés Martín Gill, nuevo secretario de Políticas Universitarias de la Nación.
Abogado, de 38 años, ex rector de la Universidad Nacional de Villa María y ex presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Gill pasó por Córdoba en el marco del I Congreso del Foro Argentino de Facultades y Escuelas Públicas de Medicina.
– ¿Cuáles son las prioridades fijadas tras su reciente asunción ?
– Son tres grandes ejes los que hemos fijado y tienen que ver con vincular el conocimiento con la generación de empleo, la producción y la industria. Es imperiosa la mejora en la cantidad de ingenieros con relación a la cantidad de habitantes en el país. Nos hemos fijado metas a 2016. Hoy tenemos un nivel de ingresantes que puede ser interesante pero en el proceso de cursado tenemos deserción porel requerimiento de un proceso industrial que está en expansión. Por ello, estamos pensando un plan de desarrollo estratégico de la ingeniería en el país que tenga como abordaje, principalmente -entre otros aspectos-, atender a casi 25.000 estudiantes que tienen dos tercios de la carrera cursada.
– ¿De qué manera?
– Estamos planteando dos cuestiones: por un lado, flexibilizar determinadas instancias curriculares, con lo cual hay que formar docentes en los últimos años para esa flexibilización. Por ejemplo, en cuanto a la modalidad de dictado, los horarios, porque son cuestiones prácticas. También estamos analizando un estímulo concreto a aquel que alcance la meta de recibirse de ingeniero, que está requiriendo el país.
-¿De qué manera?
– Por ejemplo, con un estímulo económico mediante becas o un estímulo al final de carrera. Lo estamos debatiendo con los decanos y es una cuestión a establecer. Se está planteando abordar una realidad de gente que no está en el sistema, que estuvo y ahora está inserta en el mercado, que hay captarla para que termine.
– ¿A partir de cuándo?
-En los próximos 60 días se lanzará el Plan Estratégico de Ingeniería, que contempla muchos aspectos. También es necesario debatir cuál es el ingeniero que el país necesita.
– ¿Qué otros ejes de gestión se fijó la Secretaría de Políticas Públicas?
– Otro gran eje es la inclusión, no sólo pensando en la política de becas, en la articulación con la enseñanza secundaria, sino también hablamos de la permanencia, la graduación y la territorialidad de la educación como una variable. El tercer eje es profundizar todos los aspectos que complementen la formación disciplinar de un profesional con la formación de ciudadanía de ese profesional. Los enumerados son los grandes pilares sobre los cuales vamos a tratar de profundizar una línea de trabajo que se vino dando en los últimos años en el sistema universitario, que ha significado una de las instancias de mayor crecimiento y expansión.
– ¿Cuántos “casi ingenieros” quieren recaptar?
– El universo al cual podríamos dirigirnos es de 25.000, que están incorporados en el sistema, que tienen avanzado el tramo de la carrera y una demora mucho mayor al común denominador. En este momento se está haciendo una encuesta en todo el país para advertir las causas que tienen y ser efectivos en el abordaje. Y en lo que estamos apuntando para 2016 es llegar a 10.000 graduados ingenieros por año -hoy estamos en 6.000-.
Cabe recordar que el ministro de educación, Alberto Sileoni, reconoció el déficit de ingenieros. Hoy hay uno por cada 6.700 habitantes y se necesita uno cada cuatro mil.