ESCUCHARCon la declaración de otra sobreviviente de La Perla continuó ayer la cuarta audiencia del juicio oral y público que se sigue en contra de Luciano Benjamín Menéndez y otros siete imputados de graves violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la última dictadura militar.
El testimonio de Liliana Callizo fue el segundo que se escuchó en los tribunales federales y, tal como ocurrió con el de Teresa Celia Meschiati, contribuyó a reconstruir cómo se sistematizó lo que se denominó un “plan de aniquilación de opositores”, quiénes participaron y qué roles cumplieron cada uno de ellos.
La declaración de Callizo estaba prevista para las 9.30, pero debió ser postergada cuando la asesora oficial, Mercedes Crespi, solicitó que se suspendiera la audiencia atento que su defendido, Ricardo Lardone, no estaba presente en sala por problemas de salud. El reclamo de la defensa se cayó cuando el perito oficial Eduardo Gasparrini constató que el imputado estaba en condiciones de asistir y entonces se reanudó el debate.
Al igual que lo hiciera la otra sobreviviente de La Perla, la mujer, de 56 años, pudo identificar a todos los imputados, tras lo cual Luciano Benjamín Menéndez, Hermes Oscar Rodríguez y Carlos Vega optaron por abandonar la sala de audiencias.
Torturas
Callizo fue secuestrada en una vivienda de barrio Parque Atlántica la madrugada del 1 de setiembre de 1976 junto a otros dos amigos, operativo del que participaron – dijo- todos los imputados, excepto Menéndez, Vega y Rodríguez.
Coincidiendo con lo relatado por la testigo anterior, la mujer sindicó a Jorge Acosta como el jefe de operativos y uno de los que, precisamente, irrumpió esa noche en su casa para detenerla.
A lo largo de su declaración la testigo relató que además de ser torturada “colectivamente”, fue violada. En este punto se detuvo al advertir al tribunal que las mujeres eran víctimas de lo que denominó “una doble represión”. “Sufríamos el acoso y la violación”, subrayó.
Su estadía en el ex centro clandestino de detención se extendió hasta finales de 1977, cuando obtuvo una "libertad vigilada" y, finalmente, en 1979 logró escapar del país.
Durante el tiempo que permaneció en La Perla, Callizo aseguró haber visto pasar a las cuatro víctimas de este juicio (Hilda Palacios, Humberto Brandalisis, Carlos Lajas y Raúl Cardozo), todos militantes del PRT como ella.
En sintonía con lo declarado por Merchiatti, ubicó a estas víctimas en un sector que estaba cercano a los baños de La Perla y, aunque sin dar demasiados detalles, los pudo identificar. Además de reconocerlos, Callizo aseguró que todos ellos fueron torturados. “Los veía pasar doblados al baño”, explicó.
Aparato represivo
La mujer, quien actualmente se dedica a la agricultura ecológica, consideró que lo vivido durante aquellos años sucedió en el marco de “una operación sistemática en la que se buscaba destruir a toda oposición política”.
“Todos eran los mismos, aunque había especialistas”, agregó cuando se le preguntó sobre el rol que le cupo a cada de uno de los imputados.
A Menéndez, a quien dijo haber visto en dos ocasiones en La Perla, lo ubicó como la “cabeza del aparato represivo”.
A Jorge Acos
