Aunque los bancos y la inversión en ladrillos es la fórmula más conocida, la cotización bursátil por medio de títulos privados es una propuesta superadora. Productos locales reactivan el mercado de capitales
Un pequeño ahorrista reúne al cabo de unos años US$ 5.000. Con la intención de hacerlos crecer, desecha la idea del colchón y también la de una caja de seguridad que, además, cobra un plus por su mantenimiento. Según observa, las opciones más conservadoras y conocidas serían guardarlos en el banco o bien invertirlos “en ladrillos”, slogans más defendidos por las constructoras .
No obstante, en el mercado inmobilario US$ 5.000 no compran ni un cuarto de terreno en las afueras de Córdoba. Menor crédito le otorga al banco, luego de la tan temida experiencia del corralito y de la baja renta que hoy obtendría en caso de colocar sus dólares a plazo fijo -entre 0,5 % y 2% de interés -. Todo ello sin tener en cuenta que, al existir poca oferta de préstamos en dólares y sólo destinados al comercio exterior, su dinero va directo a las reservas del Banco Central.
Por algún medio informativo escucha palabras que juegan con su incertidumbre: bolsa de valores, mercado de capitales, obligaciones negociables. Mueve la cabeza de una lado al otro y se pregunta: ¡eso es para los magnates; la Bolsa no es para mí!
Más allá del horizonte
Este ahorrista está equivocado, aseguran a Comercio y Justicia Aníbal Casas Arregui, presidente de S&C Inversiones Sociedad de Bolsa; Carlos César, director general de TCP (Trust Capital Partners); Héctor Eduardo Marín, vicepresidente de Mercado de Valores de Córdoba; y Walter Galanti, director de Consultores en Gestión Empresarial.
Una tentadora opción para nuestro ahorrista es suscribir obligaciones negociables (ON), para lo cual, dependiendo del caso, sólo necesita poseer un mínimo de US$ 1.000. Se trata de títulos de deuda privada que incorporan un derecho de crédito que posee su titular respecto de la empresa emisora. El inversor que adquiere este título se constituye como obligacionista o acreedor de la empresa con derecho a que le restituyan el capital más los intereses convenidos en un período de tiempo determinado.
“Es un producto muy simple: en determinada fecha se recibe tanta plata, es a renta fija y muy trasparente porque se puede conocer la empresa emisora y, por ende, adónde destina el capital. El cliente compra un título con existencia tangible, y que en algunos casos, incluso tiene garantías reales como la hipoteca.”, explica Casas.
Un caso concreto es la emisión de ON por un millón de dólares que lanzó el viernes pasado la concesionaria Naum Citröen para financiar la construcción de un nuevo local y oficinas comerciales. La colocación integra un programa global de $15 millones bajo el régimen pyme. Las ON pagan una tasa de interés de 9% en dólares y se amortizarán en cuatro pagos consecutivos, en abril y octubre de 2011 y 2012.
Concretamente, pueden participar inversores que cuenten con, como mínimo, US$ 1.000. Otro atractivo, es que la emisión tiene una garantía hipotecaria de los inmuebles que se están construyendo entre Colón y Duarte Quirós.
En limpio
Con la compra de estos títulos se obtiene una rentabilidad de 9% anual en dólares, a la que hay que descontarle los gastos mensuales por mantenimiento, que rondan $15. Queda una renta neta de 8% u 8,5%. Más allá de la ganancia, otro beneficio es que el ahorrista sabe “a quién presta su dinero”; en este caso, a una empresa con trayectoria en el mercado y planes de inversión en ladrillos. Por contrapartida, una desventaja es que, para obtener el dinero, debe esperar las fechas de pago previstas, a partir del primer año.
Sin embargo, en caso de necesitar antes el dinero, tiene la opción de vender los títulos en el mercado. En tal caso, la ganancia dependerá de la cotización del momento. “La única posibilidad de recibir menos dinero que el invertido -si mantiene el título hasta su vencimiento -es que la empresa emisora no pague”, indican los expertos. Es responsabilidad del organizador estructurar un producto de financiamiento confiable; como así también, la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Bolsa de Comercio deben controlar que los contratos y procesos cumplan con las disposiciones pertinentes.
¿Otras opciones?
En cuanto a otras alternativas, con la caja de seguridad se dispone del dinero en el acto, pero con rentabilidad cero y un costo por mantenimiento.
La compra del oro se remite a la cotización internacional y a sus fluctuaciones, con lo cual sólo los expertos que operan en el sector se animan a especular con este metal precioso.
Depositar dólares a plazo fijo deja una renta de 0,5% anual a 30 días y de hasta 2%, a un año. El costo por mantenimiento es de alrededor de $30 al mes.
Las desventajas y ventajas para un inversor más calificado, con US$ 60 mil, son iguales a las expuestas. La única diferencia es que aquí avizora otra fórmula: comprar un departamento y alquilarlo. Según Galanti, una renta anual en Nueva Córdoba es de aproximadamente 6%, a la que debe descontarse el gasto por mantenimiento y el riesgo de la desocupación.
Los especialistas concuerdan en que existe un “generalizado desconocimiento respecto” de estas herramientas de financiación a mediano plazo para las empresas, y de inversión para los ahorristas. No obstante, observan que el mercado de capitales local está comenzando a activarse, de la mano de experiencias anteriores exitosas y de un alto grado de compromiso por parte de las entidades involucradas, en difundir y capacitar.
“Nuestras últimas tres emisiones se colocaron exitosamente. Hubo inversores que quedaron fuera por falta de tiempo, esta sobresuscripción da cuenta que el mercado está líquido”, remarca César.
Para emitir on
Como tracción para la economía regional, es menester que los títulos que compre el ahorrista sean originados por productos locales, y mejor aún, que coticen en la Bolsa de Córdoba. Las empresas cordobesas cuentan con estos instrumentos, posibilidades reales y no complejas de financiar un proyecto de inversión.
Un banco presta dinero según la calificación del cliente. En el mercado de capitales, el límite lo determina la “solidez” del proyecto. En el régimen Pyme, el máximo del programa es hasta $15 millones, que se pueden fraccionar en n cantidad de veces.
Para ingresar en este proceso el organizador evalúa la calificación de la empresa, su capacidad de pago y sus garantías. La CNV registra la emisión y la Bolsa de Córdoba autoriza su cotización, luego de haber recibido documentación de la empresa que verifica la legalidad de la transacción protegiendo de este modo al inversor.“Lo anterior permite que -ante el incumplimiento por parte del emisor- se pueda reclamar por vía judicial , ya que todo se encuentra reflejado en contratos que vinculan a los participantes de la transacción”, amplía Casas Arregui. Esta gestión demora un plazo que normalmente ronda entre 60 y 90 días.
Para garantizar el fondeo, los organizadores y agentes “sondean” el mercado para corroborar la cabida del producto. Se puede lograr un mayor universo de potenciales inversores -como en el caso de Naum- actuando con tres colocadores. Además de Becerra Bursátil y S&C Inversiones, el resto de los agentes participan a través de Mercado de Valores de Córdoba S.A.
Pasos a seguir
El ahorrista que quiera invertir en ON debe: 1)contactar a un agente de bolsa, 2) suscribir orden que determine monto de su inversión, 3)transferir dinero a la cuenta bancaria del agente, 4) al cierre de la suscripción, el monto queda depositado en una cuenta a nombre del inversor en la Caja de Valores
De segunda línea
En las últimas emisiones de ON se ha podido observar un creciente interés por parte de instituciones. “Son empresas que manejan dinero de terceros y apuestan a estos títulos como una forma de colocar el capital de sus clientes de manera segura y rentable. Con este tipo de entidades la probabilidad de éxito de una colocación es de 100%”, afirman César y Casas.