La fiscal Juliana Companys dictó la prisión preventiva para Leonardo Cositorto por las mega estafas presuntamente cometidas a través de la firma Generación Zoe, que encabezaba.
Companys le enrostra 176 hechos en Villa María, su jurisdicción, así como ser el jefe de una asociación ilícita.
En la ciudad del sudeste cordobés, los directivos de Generación Zoe montaron la oficina más importante del interior del país. Tenía al menos 20 empleados dedicados a captar a posibles inversionistas y a procesar el dinero que obtenía, entre otras actividades.
La medida que dictó la agente también incluye a Maximiliano Batista, el número dos de la empresa; a Claudio Álvarez, jefe de Generación Zoe en Córdoba y uno de los mayores reclutadores de víctimas a nivel nacional; a Silvia Fermani, la madre de Álvarez, coach ontológica y reclutadora, y a Agustín Pereno, un joven que se autodenominada “trader en criptomonedas” y trabajaba en la sede de Villa María.
El contador Norman Próspero también recibió la prisión preventiva, aunque solo quedó imputado como integrante de la banda.
Otras seis personas vinculadas al expediente permanecerán en libertad y hay dos prófugos: el ex juez Héctor Yrimia, alto directivo de la compañía en la oficina porteña, quien supuestamente está en Dubai, y Miguel Ángel Echegaray, la mano derecha de Cositorto, coach ontológico y encargado de manejar su dinero: habría depositado en sus cuentas más de 180 millones de pesos y 65 mil dólares.