Estudiantes, docentes, directivos y profesionales del Programa del Sol diseñan protocolos para acordar cómo actuar en situaciones vinculadas con el uso problemático de sustancias.
n equipo integrado por psicólogos y trabajadores sociales está diseñando, junto a docentes y estudiantes de distintos secundarios, protocolos de intervención para abordar el consumo de drogas en la escuela o situaciones relacionadas con éste. La iniciativa, que apunta a transmitir la importancia de consensos institucionales acerca de la prevención, es impulsada por el Programa del Sol, una organización no gubernamental que se dedica a la prevención y asistencia del consumo problemático de drogas desde una mirada del tema que contempla factores individuales y sociales.
Según el coordinador del Área Comunitaria de la entidad, Santiago Rodríguez Tarduchy, ya son varias las instituciones que demandaron ayuda a la organización tras darse cuenta de que carecen de herramientas para intervenir en el tema. Actualmente se encuentran trabajando junto a las comunidades educativas de Collegium y de la escuela República de Italia. Otra escuela que ya armó su propia normativa es el Ipem República del Líbano.
-¿Cómo son diseñados estos protocolos para abordar el tema de la droga en el marco escolar?
– Los mecanismos de acción son acordados entre estudiantes, docentes y directivos con el acompañamiento de los profesionales del Programa del Sol. Incluyen pasos, como decidir quién va a actuar, abrir espacios de diálogo con el estudiante -con la participación de un referente escolar que él elija-, llamar la asistencia médica si el estado del alumno lo requiere, facilitar el diálogo con familiares y sostener un acompañamiento. Se busca evitar la sanción.
-¿Qué se incluye puntualmente en esta normativa que acuerda cada comunidad educativa?
– El protocolo incluye el detalle de las situaciones que serán objeto de intervención y las acciones que se encararán en cada instancia. En general, contemplan cómo se actuará en: situaciones de consumo dentro de la escuela, cuando un estudiante está bajo los efectos de alguna droga en clase, el planteo del tema en el aula más allá de situaciones personales, venta de drogas en la escuela o demanda de información, entre otras.
Una vez que se acuerdan y delimitan las situaciones sobre las que se piensa necesario intervenir, se explicitan los fundamentos de la acción (porqué y para qué se va a tomar parte desde la escuela) y se decide la forma en que actuarán. Por ejemplo: quién va a escuchar y hablar con el o los estudiantes; qué mensaje que se va a dar; cómo se va proponer el diálogo con la familia; si se va a prever una consulta con servicio de asistencia médica o si se realizarán derivaciones.
También hay escuelas que deciden incorporar el tema en la currícula como otra forma de hacer prevención, o generan la figura de promotores de salud, que son estudiantes que asumen un rol de promoción y cuidado de ésta entre sus pares.
Hay que tener en cuenta que como la sanción era la única medida contemplada para estos casos en los viejos reglamentos escolares, hay que realizar un trabajo de adecuación de éstos para que haya coherencia, revisando el lugar y el sentido de la sanción.
– ¿También se tiene en cuenta a la familia?
– Como explican la psicóloga Claudia Sosa y la trabajadora social Jorgelina Ferrero, quienes desde el Programa del Sol trabajaron en la construcción de los protocolos, la escuela que se involucra con la prevención del consumo problemático de drogas entiende que será requerida en funciones de acompañamiento y seguimiento con adecuaciones a las necesidades de los estudiantes que presenten esta problemática. Para esto se puede recurrir a la figura de tutores y plantear una vinculación particular con la familia.
Un protocolo de estas características implica desarrollar criterios comunes, encontrar los responsables adecuados, ser flexible y estar bajo revisión continua. Requiere que la comunidad escolar destine tiempo, quiera hablar del tema y abandone la mirada adultocéntrica para dar paso a la participación de los jóvenes. Los docentes, directivos y estudiantes tienen un rol activo y protagónico, tanto en la definición del problema como en la búsqueda de soluciones; esto les permite sentirse más seguros y respaldados al tener lineamientos claros y compartidos.
Prevención para chicos sordos
El área comunitaria de la ONG es un referente local en la elaboración de material didáctico, como cuentos, juegos y videos, para tratar el tema del uso problemático de drogas en el aula. “Cuéntame un Cuento”, “Piedra Libre” y “Superchango” son materiales creados por cordobeses al alcance de los docentes. En este momento se están iniciando las gestiones y articulaciones con diferentes instituciones locales para elaborar un material visual para el trabajo de prevención con estudiantes hipoacúsicos.