El modo en que enfrentaron una situación de crisis extrema dejó una serie de claves de las que ya están tomando nota las escuelas de negocios y los empresarios.
La epopeya de los 33 mineros chilenos que sobrevivieron en una mina a 700 metros de profundidad durante 70 días, en condiciones extremas de temperatura, humedad y racionamiento de comida, entre otras privaciones, deja no sólo aprendizajes de vida sino también una serie de lecciones de management para aplicar en las empresas, sobre todo por el grado de organización del grupo.
Desde el momento del accidente, fueron ellos quienes dividieron el refugio en zonas de enfermería, juego, comida y dormitorio, así como el liderazgo que algunos asumieron para sobrevivir. Por ejemplo, el jefe de turno Luis Urzúa Iribarren -el último en salir- que se encargó desde el principio de asignar los roles a los mineros; Mario Sepúlveda, de recibir y manipular las cápsulas de alimentación y medicamentos que llegaban del exterior; Víctor Segovia, de escribir todo lo que ha acontecido en el refugio desde el primer día del desastre; Johnny Barrios, quien hacía de enfermero y informó sobre el estado de salud de sus compañeros antes de iniciarse el proceso de rescate.
No caben dudas de que las habilidades de organización y liderazgo fueron cruciales para la supervivencia y el éxito del operativo; las escuelas de negocios y especialistas de todo el mundo estudiarán el caso. Uno de ellos es el chileno Francisco Garrido, profesor de Estrategia en varios MBA de Europa y América y autor de libros de management como “El alma del estratega” (2010) que ya comenzó a analizar la estrategia de “los 33” para Universia Knowledge@Wharton, sitio abierto que ofrece últimas ideas y tendencia de negocios.
Experiencia y cohesión
Entre los conceptos que se pueden aplicar en el mundo empresarial, Garrido destaca “la experiencia de quienes componen el grupo humano, que ha sido vital para la correcta lectura del contexto en que se encuentran, así como de las posibilidades reales de ser rescatados. Esto ha sido fundamental para que el grupo humano se haya cohesionado frente a una posibilidad de esperanza de vida”.
También destacó el liderazgo de quien es reconocido como el minero de mayor rango o antigüedad en las labores mineras, punto que ha sido fundamental para cohesionar al equipo humano, generar confianza en la posibilidad de salir con vida, así como en la asignación de tareas y racionamiento sistemático de los alimentos.
“Hay que destacar que los componentes de experiencia y liderazgo son claros en este caso, y debemos tomar nota de la definición del jefe de grupo en términos de guía espiritual del grupo: surge con fuerza la presencia de lo que los griegos llamaban la ‘sabiduría del general’, esa condición que asignamos a quien reconoce y es capaz de leer los códigos del campo de trabajo en que nos encontramos y, a su vez, arribar a las mejores decisiones posibles para el grupo, que deja en sus manos el mandato para un mejor futuro posible, tal como ocurre en el campo de batalla o en el mundo empresarial, con los bien experimentados gerentes”, concluye el director de la Business School Universidad Mayor en Chile.
Para agendar
Habilidades, cualidades y valores para salir de las crisisHasta el peor desastre puede ser una oportunidad para poner a prueba el carácter, recuperar la esperanza, la mística y desarrollar lo que se denomina “resiliencia”, es decir, la capacidad de recuperarse de una crisis y transformarla en energía positiva. Algunas conceptos que afloran desde el interior de la mina aplicables al mundo empresarial:
– Actuar con flexibilidad en el logro de los objetivos: los equipos directivos de mayor éxito probable son compuestos de modo heterogéneo, lo que aumenta la probabilidad de impulsos creativos y diversos.
– Toma de decisiones, liderazgo y trabajo en equipo: . de la experiencia minera surge una fuente de enseñanzas para quienes se enfrentan a diario con equipos humanos. “Por ejemplo, en el mundo empresarial, debiendo lidiar muchas veces con condiciones adversas. La estrategia sin decisión, es equivalente a una decisión sin acción: finalmente inútil”, afirma Francisco Garrido.
– Capacidad de comunicación y coherencia ética del líder: habilidades centrales de un estratega para transmitir motivaciones y objetivos ajustados a cada auditorio.