Una interna de importantes dimensiones se desató en la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba luego de que sus integrantes intentaran por estos días definir quién será el próximo presidente del organismo.
Todo comenzó con la presentación que hicieron los camaristas Luis Rueda, Liliana Navarro, Ignacio Vélez Funes ante la Corte Suprema de la Nación, sobre el presunto vínculo entre la presidenta de la Cámara, Graciela Montesi, y uno de sus integrantes, Abel Sánchez Torres. Según denunciaron, esta relación afectaría la independencia que ambos deben mantener en los temas que atienden.
La polémica llegó al edificio de Tribunales Federales donde aparecieron afiches del gremio de la Unión de Empleados Judiciales Nacionales “repudiando” esa supuesta relación. “Falta independencia entre los jueces, son pareja”, se leyó en las paredes.
La Corte Suprema rechazó la presentación por cuestiones formales. Además, indicó que el reclamo “pone de manifiesto una actitud teñida de subjetivismo e invasiva de la intimidad que es ajena, por cierto, a la prudencia, circunspección y mesura que son componentes indispensables de todos los actos de un magistrado”. En otras palabras, los jueces de la Corte rechazaron analizar el presunto vínculo afectivo entre los camaristas señalados.
El fallo fue repudiado por el camarista Luis Rueda quien se quejó de que la Corte no dijo “absolutamente nada sobre si está bien o mal de que una pareja y/o matrimonio integren un cuerpo colegiado”. “Los jueces tenemos la obligación moral y legal de ser independientes entre nosotros”, argumentó.
En un descargo por escrito, Montesi se defendió de sus colegas: “Me produce un profundo dolor y decepción que, en el marco de la república que vivimos, con el fin de lograr u obtener un cargo de Presidente o de autoridad judicial se recurra a través de ardides o falsedades , a invadir o cuestionar mi vida privada , lo que es ajeno a un Estado de derecho”.