La consultora Ecolatina indicó que se debe a la influencia de la inflación. Las tasas de interés (reales) negativas “acortan” las colocaciones y condicionan la posibilidad de financiamiento
La inflación afecta también el funcionamiento del sistema financiero porque “con tasas de interés reales cada vez más negativas se acorta la madurez de las colocaciones y eso condiciona el crédito”. Así lo aseguró ayer la consultora Ecolatina, al tiempo que subrayó que los depósitos y los créditos crecen nominalmente en el país, pero no en términos reales.
Según el informe, más allá de la recuperación que están mostrando las variables monetarias, “los depósitos y los préstamos acumulan varios meses de crecimiento nominal pero contracción en términos reales”.
Esta dinámica puede entenderse como la respuesta del sistema financiero y de los agentes privados al contexto económico de menos crecimiento con “elevada inflación e incertidumbre”.
La ralentización de la actividad en 2008-2010 (con relación a 2003-2007), por el impacto de la crisis mundial, explica parcialmente el menor crecimiento de la demanda de saldos monetarios reales, indicó el informe. No obstante, “la persistente inflación afecta el funcionamiento del sistema financiero, ya que con tasas de interés reales cada vez más negativas se acorta la madurez de las colocaciones lo que a su vez condiciona el crédito”, se explicó. Además, en este contexto, “los agentes priorizan el consumo y la compra de durables como refugio de la inflación, antes que ahorrar dinero que pierde valor con el paso del tiempo”.
Ecolatina destacó que el desplome de la confianza a partir del conflicto con el campo “es fundamental” para explicar el actual comportamiento de los actores del sistema financiero.
A partir de allí, “los agentes se volvieron más reacios a ahorrar en pesos y los bancos tuvieron menos incentivos a destinar fondos a créditos y éstos se concentraron en los de menor plazo”.
Desde 2009 sólo un tercio de los nuevos depósitos en pesos se destinó al crédito al sector privado, del cual la mitad se destinó a financiar al consumo y, como contrapartida, gran parte de la liquidez se colocó en Lebacs.
En ese sentido, la consultora consideró que la nueva conducción del Banco Central, que dio señales de querer incentivar el crédito a la inversión, no debe encarar el tema aisladamente, sino que éste debe estar contenido en “un set de políticas económicas que reviertan el presente contexto”.
Además, dijo que se deberá trabajar sobre los factores estructurales que hacen que los niveles de bancarización en Argentina sean bajos tanto con relación a la historia como en comparación con países con nivel de ingresos similares.
El fondeo también es motivo de debate: la utilización de recursos del Central para financiar créditos productivos puede tener más costos que beneficios, advirtió Ecolatina. Y en ese sentido explicó que si se utilizan reservas o se apela a la emisión “se corre el peligro” de exacerbar la inflación y/o erosionar el respaldo del peso frente al dólar.