En una maratónica sesión, la Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto que modifica el Código Penal de la Nación e introduce la figura del arrepentido para casos de corrupción, que de esta forma se convirtió en ley. Los diputados aceptaron los cambios hechos por el Senado, para que se aclare que el imputado sólo podrá facilitar a la Justicia datos vinculados con su causa y hasta el momento de la elevación del juicio. El proyecto fue aprobado de manera unánime por 137 votos a favor.
Durante el debate, el radical Luis Petri subrayó que “uno de nuestros compromisos en la campaña electoral era la lucha contra el crimen organizado”, y destacó el papel que juega en ese sentido la figura aprobada por el Cuerpo. “Y en ese ataque decidido necesitamos dotar al Poder Judicial de herramientas que permitan juzgar las cabezas”, destacó, puntuando que “esta ley del arrepentido se orienta en esa dirección”.
Por su parte, la diputada Mónica Litza (Frente Renovador) señaló que “este Congreso está trabajando mucho y muy bien”, y recordó que la ley en cuestión fue debatida en su momento y durante muchos meses. Destacó los cambios introducidos al proyecto emanado del Poder Ejecutivo e hizo un reconocimiento a la Comisión de Seguridad, que receptó las propuestas de su bloque. Admitió “algunos reparos” respecto de ciertas modificaciones realizadas por el Senado.
Cabe recordar que el proyecto había conseguido dictamen el pasado día 13, y establece que el acuerdo de colaboración se celebrará exclusivamente entre el fiscal y las personas que brinden información, y no se aplicará a los casos en que se investiguen delitos de lesa humanidad.
En el artículo 2 del proyecto se establece la figura del “arrepentido falaz”, es decir, el que proporcione “información falsa o datos inexactos”, que será penado con prisión de 4 a 10 años.
Mientras tanto, al cierre de esta edición se debatía la reforma política y la implementación del voto electrónico. El oficialismo tiene apuro porque quiere que el sistema pueda aplicarse en las primarias de 2017