Suman un total de 10.521 personas. Seis de cada diez presos están privados de la libertad preventivamente. La cifra asciende a ocho de cada 10 en el caso de los jóvenes. Desde 2006 la cifra no deja de aumentar. En Salta se descubrieron 39 niños encerrados junto con sus madres.
Las cárceles federales de todo el país encierran a 10.521 personas, de las cuales 39% recibió condena que está firme y el restante 61% está detenido preventivamente, variable que respecto de las mujeres asciende a 69% y que, en el caso de los jóvenes, alcanza 79,8%.
Estos datos, actualizados a abril, corresponden al informe mensual que realiza la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), con la información remitida por el Servicio Penitenciario Federal (SPF).
La Procuraduría, que está a cargo del fiscal General Miguel Palazzani, indicó que durante abril se registró un “importante aumento de la cantidad de personas alojadas en dependencias del SPF respecto del mes anterior”, con la incorporación a la población penal de 206 personas más.
El crecimiento de la cantidad de encarcelados con prisión preventiva respecto de los condenados viene en ascenso desde 2006, cuando ambas variables registraban 45% y 55%, respectivamente. En 2007, la ecuación cambió: los presos y las presas sin condena llegaron a 56%. Y en 2014, a 60%.
La Procuvin señaló que esto significa que “para abril de 2016 un total de 6.415 personas se encuentran privadas de libertad sin condena firme en diferentes establecimientos penitenciarios federales”, 75 más que el mes anterior.
De este modo, “se registra una pronunciada suba intermensual de la cantidad de personas encarceladas sin condena firme”, incremento que “acompaña la tendencia registrada durante el primer trimestre”, indicó la Procuvin. En efecto, la evolución trimestral de esa variable es la siguiente: en enero 6.277, febrero 6.311, marzo 6.340 y abril 6.415.
El mapa
En la población femenina, que es 7,2% del total de detenidos, el porcentaje de personas encerradas sin condena firme asciende a 69%. En los últimos datos proporcionados por el SPF a la Procuvin, fue incluido entre las mujeres el colectivo trans y se desconoce actualmente la cantidad exacta de integrantes de ambos grupos.
En todo el SPF hay 16 mujeres que transitan el encierro embarazadas ( ver cuadro). Catorce de ellas están en el Complejo Penitenciario de Ezeiza, mientras que las restantes se alojan en la cárcel del Noroeste, en Salta. En tanto, suman 39 los niños y niñas que viven en el encierro junto a sus madres.
Jóvenes adultos
La situación de los jóvenes adultos es particular. La cantidad de detenidos registra un incremento de 7% intermensual. En cuanto a su situación procesal ascieden a 79,8% los que no tienen condena firme. Pero hay detenidos del sistema federal que también están alojados en cárceles provinciales y, por lo tanto, no se encuentran en el cálculo de los 10.521 que pueblan las cárceles del SPF.
Con el objeto de incorporar a ese grupo en este informe, la Procuvin solicitó la colaboración de los fiscales coordinadores de distrito, que recabaron la información en su jurisdicción de los detenidos en penales provinciales a disposición de jueces federales.
Ese relevamiento permitió conocer que los servicios penitenciarios de Mendoza, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, San Juan y Buenos Aires encierran, en total, a 1.885 detenidos y detenidas. De esta forma, la cantidad de personas presas de los sistemas federal y nacional (de la Capital Federal) llega a 11.729.
Cárceles no aptas para mujeres ni niños
– El Sistema de Coordinación y Seguimiento de Control Judicial de Unidades Carcelarias emitió una recomendación sobre las múltiples circunstancias de la cuestión de género en contextos encierro. Mediante un escrito, destacó que “las prisiones se construyeron teniendo en cuenta las vivencias y necesidades de los varones, que prestan escasa o nula atención a las cuestiones específicas de las mujeres”.
– En cuanto a las problemáticas específicas, explicó que “la permanencia de mujeres embarazadas conlleva desafíos al sistema penitenciario, pues tanto el proceso biológico de la gestación como el estrés que produce atravesarlo en la prisión configuran necesidades diferenciadas a las del resto de la población carcelaria, que deberían ser atendidas”.
– Respecto a la presencia de los niños en la cárcel, si bien está permitida por la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (24660) como opción de las mujeres privadas de la libertad que tienen hijos menores de cuatro años de edad a su cargo, el documento subrayó que “presenta desafíos urgentes orientados a garantizar que en ese ámbito existan condiciones de vida apropiadas”.