El desafío de ser competitivos con responsabilidad social

El concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) tuvo un giro de 180 grados en menos de cinco años. De estar ligado a la filantropía, pasó a focalizarse en cómo una empresa gestiona toda su cadena de valor, dicho de manera más simple: cómo gana el dinero. Advierten que, tanto para ser más competitivas o para sobrevivir, deberán trabajar en la sustentabilidad económica, social y medio ambiental.

A partir de esta concepción, el próximo jueves Luis Ulla, director del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (Iarse), aportará las herramientas necesarias para que las pymes entiendan la importancia que esto tiene en el mundo, un camino que tarde o temprano deberán emprender aquéllas que quieran insertarse en el mercado global. Junto a Miguel Cavatorta, director de Relaciones Públicas del IES cerrará el ciclo de Conferencias para Profesionales y Empresarios organizado por el colegio universitario y Comercio y Justicia.

Ulla sostiene que los temas ambientales y sociales hay que abordarlos con urgencia y que las empresas deben entender que sus clientes no son su único público, sino que tienen que generar relaciones de calidad con todos sus públicos estratégicos (internos, ciudadanía, gobierno, medio ambiente, organizaciones de la sociedad civil).
Esto implica, entre otras cosas, sostener relaciones laborales legales, sin trabajadores en negro o con mano de obra esclava o infantil, así como tomar las medidas necesarias en los procesos de producción para cuidar el medio ambiente. En este sentido, afirmó que en Argentina “tenemos un problema serio porque no tenemos cómo garantizar trazabilidad social en 99% de los productos que exportamos”.

Ejemplos cercanos
“Mientras Brasil y Chile ya están construyendo consensos (en torno a RSE), nosotros todavía no hemos superado la etapa del conocimiento. Ni si quiera se sabe realmente, en la esfera del Gobierno, de qué se trata la RSE. Entonces ¿cómo darle importancia, relevancia y urgencia?”, advierte el conferencista.

En Chile -agregó- están creando herramientas de gestión sobre pymes y competitividad con base en parámetros de responsabilidad social. Los vecinos están buscando que sus firmas tengan los reportes bajo la matriz GRI (Iniciativa de Reporte Global), una certificación que se utiliza hoy a nivel mundial para mostrar que una firma es capaz de hacer una gestión responsable y sustentable. “Se trata de una especie de tarjeta de presentación empresarial que dice ‘así trabaja y gana el dinero mi empresa, fijate si podemos ser tu proveedor’. Los chilenos han entendido el problema de los estándares internacionales”, valoró.