ESCUCHARCada vez más, los emprendimientos nacen con un ADN sustentable. Es el caso de Inti Zen y Chamana, que hoy son consideradas empresas “B” de Argentina.
Guillermo Casarotti, fundador de Inti Zen y Chamana.
Por medio de dos marcas de té – Inti Zen (2003) y Chamana (2007), Guillermo Casarotti, junto con diferentes socios, está atacando los segmentos de más rápido crecimiento en el mercado: tés e infusiones de hierbas. Pero lo más novedoso es que lo hace desde una perspectiva 100 por ciento responsable; son empresas que nacieron con la sustentabilidad en su ADN.
– Según su experiencia, ¿en qué momento considera que es conveniente incorporar una gestión sustentable?
– Hay dos momentos para hacerlo: desde que se gesta un emprendimiento y, en el caso de que la empresa ya esté constituida, también se puede incorporar más tarde. Pienso que de las dos manera está perfecto, si no se nació sustentable nunca es tarde para hacerlo. Claro, lo mejor es que sea parte integral de la empresa, que esté en su ADN. Hay que lograr que no se trate simplemente de un departamento más de la empresa sino que esté presente en el día a día y en cada una de las acciones que realiza. Para que esto ocurra, lo mejor y más fácil es que esté presente desde la gestación. Si no es así, obviamente va a ser mucho más difícil introducirla en el ADN pero no es imposible. Lo más importante es que se haga en algún momento. “Cuando la gestión sustentable forma parte del día a día, uno casi no la piensa, es.”
– A nivel general, ¿se puede afirmar que existe una tendencia creciente de emprendimientos que nacen con la sustentabilidad en su ADN?
– Sí. Y ocurre cada vez más aquí y en todo el mundo. Pero no es porque los emprendedores seamos más buenos que antes. Es porque el cliente, los consumidores en general, están en una creciente concientización. Entonces, de ahora en más preguntan de qué está hecho este producto, qué contiene, qué hacen con los desechos… cosas que jamás yo antes me había preguntado. Hoy aplaudo a los clientes que me preguntan por todo. Me encanta que pregunten porque me ayuda a pensar y repensar la manera en la que hacemos las cosas. Los consumidores se hacen empresarios y consumidores responsables hacen empresas responsables. Antes, a nosotros en las universidades y en el mercado nos enseñaban la lógica de “acción y resultado”, es decir, se hace una cosa y entonces sucede algo. En cambio, ahora el pensamiento no es tan lineal o directo sino que en el medio pasan cosas. El pensamiento hoy es más integral. Por eso, para las nuevas generaciones, la RSE está incluida en el “hacer”.
– Inti Zen y Chamana son dos empresas “B”, ¿Qué beneficios trae aparejado este sello?
– Tiene que ver con formar parte de una comunidad en la que uno comparte diferentes saberes, diferentes conocimientos. Una empresa B es una empresa que utiliza lo que sabe, lo que hace, las herramientas del mercado para buscar soluciones sociales y ambientales. Por eso, con toda su cadena de valor se mueve pensando un poco más allá. Se trata de estar atento a lo que pasa en la comunidad donde se mueve, cómo trabajan los proveedores, cómo están los empleados. Lo más lindo de pertenecer a esta comunidad es aprender de otras experiencias y aplicar prácticas que cuestan cero peso.
– ¿Qué una empresa sea sustentable trae beneficios en términos económicos?
– Totalmente. Ahora lo económico es sólo una parte de algo mucho más grande. Y ésa es la conciencia con la que nosotros trabajamos. No es que decimos “porque estamos ganando plata, vamos a ser buenos…”. Se trata de tener una mirada más amplia. Actualmente, las empresas ya no deben medir su éxito sólo con la vara de los pesos sino que también deben hacerlo con la vara de lo social y lo ambiental.
