martes 26, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

21 del 10, Día del Seguro: breves consideraciones

Por Eduardo O. Haro * - Exclusivo para Comercio y Justicia
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Seguramente hoy, como cada 21 de octubre en que se conmemora el Día del Seguro, se realizará una misa recordando los hombres y los nombres de aquellos que tuvieron la visión, la iniciativa y la impronta, en las primeras décadas del siglo XIX -habiendo transcurrido ya dos años de la Revolución de Mayo- en convocar a una junta de capitales nacionales y extranjeros para el desarrollo de una compañía de seguros marítimos. Fue el 21 de octubre de 1812 el día en que se instruye al Triunvirato para el desarrollo de ésta, constituyendo este acto el motivo por el cual hoy se celebra el día del seguros en la República Argentina.

Aunque es justo recordar experiencias anteriores, cuando a finales del siglo anterior, en 1.796 por iniciativas de Manuel Belgrano y don Ventura Miguel Marco Del Pont, con la intención de proteger y fomentar el comercio y la producción, se constituye la primera compañía de seguros del Virreinato del Río de la Plata, “La Confianza”, con una duración prevista de 5 años, dejando de operar al cumplirse este período.

Seguramente hoy también se harán chocar las copas y se hablará del nivel de producción, del desarrollo de las distintas ramas, de nuevas coberturas, si fue un buen año comercial, del resultado técnico y del resultado financiero, de las perspectivas a futuro, de nuevas estrategias de venta, etcétera. Está bien que así sea.

Como dije en otras oportunidades, éste es un gobierno al que le interesa mucho el seguro, con una concepción muy diferente a lo sucedido en la década del 90. Hoy es un buen momento para seguir pensando y debatiendo la importancia del rol del Estado como generador de políticas y acciones con un sentido social. Es decir, buscando el equilibrio entre la función social del seguro y su desarrollo como factor de crecimiento económico, contribuyendo y acompañando el fomento de las economías regionales y de las pequeñas y medianas empresas. Acciones que deberían ser acompañadas por una urgente y profunda reforma a la actual Ley de Entidades Financieras, vigente desde 1977.

Es una buena ocasión para analizar los resultados positivos y los negativos implementados con el objetivo de brindar mayor protección al asegurado; sólo por citar lo más cotidiano: la desarticulación del decreto 855/94, todos los que actuamos en el mercado del seguro conocemos lo que significo este decreto, como también los motivos y las causa de la liquidación del Inder; el establecimiento de delegaciones de la Superintendencia de Seguros de la Nación en el interior del país, la Oficina de Orientación al Asegurado, a las que sugiero brindar mayor estructura y personal especializado -ya que continúan realizándose prácticas comerciales reñidas con el seguro- específicamente a la hora de evaluar y liquidar los siniestros.

En cuanto a la modificación de la Ley de Riesgos del Trabajo en el año 2012, fue un importante avance en cuanto a mejorar sustancialmente la prestación de cobertura, en aras de proteger al trabajador y su reinserción laboral, también lo fueron las últimas modificaciones (lumbalgia, várices, hernias). En este punto, es justo reconocer que los otros beneficiados fueron los empleadores, los grandes empleadores; por supuesto no podemos olvidar que parte del costo lo pagamos en su mayoría los productores asesores de seguros por medio de la disminución en más de 50% de nuestra comisión. Esta cuestión está aún hoy pendiente de reconsideración por parte de las autoridades.

Lo sucedido como consecuencia de la reforma de Ley de ART me genera dudas respecto de nuestra vital importancia y participación en el mercado asegurador en referencia al nuevo régimen de agentes institorios. Así como está, sólo viene a blanquear la competencia desleal implementada a mediados de la década del 90, cuando lo más importante era la venta masiva por parte de bancos, tarjetas de crédito, terminales automotrices, etcétera, sin importar la necesidad del asegurado. En este sentido podría sugerirse que todos aquellos que integren la fuerza de venta de un agente institorio sean productores asesores de seguros matriculados, buscando garantizar una mejora sustancial a la hora de asesorar al asegurado.

Comparto plenamente la idea de la década ganada; también en el sector del seguro se trabajó y avanzó sustancialmente. Hay que seguir haciéndolo, pero hace falta también voluntad para corregir errores.

* Productor asesor de Seguro. Ex presidente de APAS Córdoba y ex secretario de Fapasa.

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