El contexto económico, el incremento en el uso de las redes sociales así como un mayor nivel de competitividad han obligado a los ejecutivos a dirigir el foco hacia nuevas tecnologías en busca de mayores niveles eficiencia, reducción de costos y mejoramiento en la experiencia de usuario.
Por Ariel Barrionuevo *
En este escenario, las tecnologías de virtualización se han convertido en una alternativa a evaluar por parte de las empresas.
Asimismo, las firmas son cada vez más conscientes de la importancia que revisten las nuevas tecnologías y en qué medida contribuyen a potenciar el negocio. Por lo tanto, es cierto que la adquisición de los procesos generales actualmente requieren más tiempo para tomar decisiones en torno a compra de TI, pero también es cierto que el enfoque de la virtualización en el mercado no es sólo una cuestión de costos, sino que también significa llevar a las empresas la flexibilidad y la tecnología que las grandes tendencias como la movilidad, Cloud Computing y la “consumerización” exigen.
Hoy en día, los departamentos de TI de las empresas enfrentan un gran desafío: la consumerización, el proceso mediante el cual los usuarios llevan sus propios dispositivos (notebooks, smartphones y tablets) al entorno corporativo y demandan acceso a aplicaciones, datos y servicios para ser productivos. En este sentido, las políticas cerradas y limitadas de acceso a la tecnología de TI están destinadas a convertirse en algo del pasado.
Al mismo tiempo, debido a que numerosos usuarios desean que TI admita una cantidad cada vez mayor de dispositivos y plataformas, TI también se enfrenta al desafío de garantizar la integridad y seguridad de los datos, bloquear la IP de la empresa y simplificar la administración de las aplicaciones y los escritorios. Además, los costos fijos y de asistencia técnica de aplicaciones y escritorios han alcanzado niveles insostenibles, mientras que los presupuestos de TI están siendo recortados cada vez más.
En este marco, la consumerización se revela como una tendencia global que emerge desde el consumidor final y comienza a dispersarse dentro de las organizaciones. Así, las aplicaciones empresariales y personales se adaptan al dispositivo al que cada uno esté conectado, sin importar cuál sea éste, fijo o móvil. Ello va acompañado por una mayor demanda de nuevas soluciones, que utilicen como soporte la infraestructura de Data Center y conectividad convergente, integrada a variadas soluciones, tales como; aplicaciones móviles, aplicaciones empresariales, soluciones de contact center, entre otras. Sin embargo, indudablemente la mayor revolución estará relacionada con la adaptabilidad, dado que los modelos de negocio se harán más flexibles e irán siendo definidos con base en la demanda, y no según lo que determinen los proveedores.
La consumerización estará 100% presente y posicionada.
Según una encuesta realizada por IDC a los CIO en América Latina, más de 50% de las empresas ya están utilizando las tecnologías de movilidad, diluyéndose de esta manera las barreras físicas y permitiendo a las organizaciones brindar acceso remoto y en tiempo real, por medio de todo tipo de dispositivos portátiles y móviles. En eso consiste la consumerización; los usuarios deciden qué dispositivos, aplicaciones y servicios usan en el trabajo.
Hoy también se habla de Bring Your Own Device (BYOD) – “traiga su propio dispositivo”-, concepto que se usa como sinónimo de esta tendencia pero que se refiere específicamente a que los empleados traigan sus dispositivos a la oficina; la consumerización plantea también la demanda de éstos, como herramientas TI similares a las que se usan en su vida personal. Esta situación genera notables mejoras en los niveles de productividad y comunicación, construyendo un camino de eficiencia, maximización de tiempo, generando tanto una sensación de libertad como de confianza.
Es importante que las empresas definan cómo abordarán el acceso de los empleados a sistemas y aplicaciones corporativas, desarrollando políticas dirigidas a controlar el uso de los dispositivos personales para el trabajo. Estas disposiciones deberían contemplar cuestiones como la elegibilidad, esto es, identificar a las personas que pueden utilizar dispositivos personales para trabajar y situaciones en las que este uso no es adecuado por la seguridad de los datos, el tipo de colaborador u otros factores. También es necesario considerar cuáles son los dispositivos permitidos y ciertas especificaciones respecto de la asistencia y el mantenimiento.
En conclusión, lo fundamental de esta tendencia es que al adoptarla las organizaciones pueden aumentar la productividad, la satisfacción, el talento y la fidelización de los empleados.
* Gerente Regional de Claro Empresas Fijo Móvil, Región Mediterránea – NOA.