Por mala praxis, la Justicia Civil porteña condenó a una clínica privada a indemnizar a una mujer que fue intervenida por una hernia de disco pero que, a raíz de la omisión de controles post quirúrgicos especializados, quedó parapléjica.
El monto de la condena impuesta por la Alzada asciende a la suma de $ 800 mil.
La sentencia emanó de la Sala “H” de la Cámara de Apelaciones del fuero, integrada por los jueces Claudio Kiper, Jorge Mayo y Jorge Giardull.
Los vocales coincidieron en que la falta de controles médicos adecuados tras la intervención implicó una “pérdida de chance de curación”. En esa sintonía, los camaristas señalaron en su fallo que el galeno de guardia se limitó a indicar la colocación de una sonda vesical a la paciente, pero precisaron que aquélla sólo fue monitoreada por las enfermeras de la clínica.
Primera instancia
Asimismo, los magistrados reseñaron que cuando se constató que la demandante había perdido movilidad en ambas piernas, “no se llamó al cirujano ni tampoco se acercó el médico de guardia a fin de asistirla y comprobar la gravedad del cuadro”.
La causa fue iniciada en el año 1992 por María Isabel Altezor de Núñez en contra de la Policlínica Privada de Cirugía, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En primera instancia el centro médico había sido condenado a pagar un resarcimiento de 250 mil pesos, pero la Cámara Civil estimó, a su turno, que el monto fijado fue exiguo.
En tanto, los vocales puntualizaron en su sentencia que la cifra de $ 800 mil resultó de la suma de $ 300 mil por daño patrimonial, $ 300 mil por daño moral y $ 200 mil por daños materiales varios, entre los que contabilizaron el valor de una silla de ruedas y de una cama ortopédica.