Con penas que van de los dos a los cincos años de prisión, la Cámara 10ª del Crimen de la ciudad de Córdoba cerró en la tarde de ayer el séptimo juicio por los fraudes cometidos en contra del Registro General de la Propiedad.
Entre los acusados, los comerciantes Francisco Urrets Zavalía y Raúl Adolfo Beuck, fueron los que recibieron el castigo más gravoso, al ser condenados a cinco años y cuatro años y seis meses de prisión, respectivamente.
En tanto, entre los que resultaron más beneficiados se encuentra el ex juez de Paz de Lucio V. Mansilla, Julio César Luna, a quien el tribunal le impuso una pena de tres años de prisión -quedando en libertad hasta tanto el fallo quede firme. También obtuvo la libertad -a pesar de ser condenada a tres años- la comerciante María Graciela Otero.
A Daniel Cerdá -condenado en los juicios anteriores- el tribunal le impuso un castigo de cuatro y a su esposa, Silvia Barrera, tres años y tres meses de pena. La hija de ambos, Silvia Barrera, fue condenada a dos años de prisión. Al comerciante Héctor Egea, en tanto, se le impuso una pena de tres años y seis meses. En la lectura del veredicto, el tribunal integrado por los vocales Juan José Rojas Moressi, Rodolfo Eduardo Cabanillas y Oscar Iglesias también se declaró competente para entender por el delito de usurpación.
Acusados
Cabe destacar que con este fallo suman 29 los condenados en el marco de la megacausa del Registro. En este hecho, los imputados fueron acusados de intentar apropiarse de un campo denominado “Palo Blanco”, que supuestamente comprendía una superficie de 13 mil hectáreas, en jurisdicción de Lucio V. Mansilla, en el departamento Sobremonte, al límite con Santiago del Estero y Catamarca.
Con esa propiedad se concretó una maniobra fraudulenta, que consistió en inscribirla en el Registro General de la Provincia, como perteneciente a Córdoba, cuando en realidad correspondería a Catamarca. Con la nueva matrícula falsa, el campo fue ofrecido en venta en Buenos Aires, mientras que en la misma propiedad, usurpación mediante, se emplazó una casilla y quedó en el lugar un puestero.