El mercado argentino creció 50% interanual. Se trata de un instrumento financiero que lleva creados 55 mil puestos de trabajo, según la Asociación de Leasing Argentina.
El mercado argentino de leasing cerró 2013 con un crecimiento de 50% con relación a 2012 y registró así su cuarto año consecutivo de expansión, con un volumen total de operaciones de financiamiento que alcanzó $7.144 millones.
Según los datos de la Asociación de Leasing de Argentina (ALA), el último balance del mercado nacional mostró una marcada demanda de financiamiento por parte de las pymes, sector que absorbió 66% del total de las operaciones realizadas durante el año pasado, mientras que el rubro grandes empresas canalizó 28%.
El presidente de esa entidad, Nicolás Scioli, exhibió las cifras finales de 2013 y destacó que “el leasing se expandió cerca de 200% desde 2009 a 2013”, al tiempo que subrayó las ventajas de “un instrumento financiero que creó unos 55 mil puestos de trabajo, contribuyendo al desarrollo económico y social del país”.
Como resultado del fuerte crecimiento del volumen de operaciones, el saldo total de la cartera de las compañías del sector alcanzó $10.494 millones en diciembre de 2013. De esta manera -destaca el informe-, el stock de financiamiento mediante esta operatoria mostró un crecimiento de 34% con relación a igual mes del año anterior.
A qué se destina
El financiamiento vía leasing estuvo orientado hacia la adquisición de equipos de transporte, logística y automotores (56,7%), equipos industriales (15,2%), maquinaria de construcción (9,9%), maquinaria agrícola (9,8%), tecnología y telecomunicaciones (4,8%) e inmuebles (1,6%). El monto promedio por contrato fue de 366.542 pesos, relevando su uso difundido como herramienta financiera para empresas pymes con destino a la inversión.
¿De qué se trata?
Es un modelo de contrato muy utilizado por las pequeñas y medianas empresas que permite el alquiler de un bien mueble o inmueble a otra persona o empresa a cambio de un pago en dinero por un plazo preestablecido, luego del cual quien alquila puede ejercer la opción de compra del bien en cuestión, pagando por éste un valor residual que contempla el costo amortizado y el desgaste ocasionado por tiempo/uso. Esto, que a simple vista lo podemos asimilar con un simple contrato de locación de cosas, es quizás una de las alternativas más beneficiosas para las pymes.