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Casas de Altos estudios de Argentina, Brasil y Uruguay se unieron para crear estrategias y acciones que amplíen el acceso a la educación superior en contextos carcelarios.
La promoción de la educación en las cárceles dio un paso importante en Córdoba. Se acaba de crear la Red Interuniversitaria de Derechos Humanos y Educación Carcelaria del Mercosur, que impulsa experiencias de formación superior en contextos de privación de libertad. Docentes y alumnos de Argentina, Brasil y Uruguay delinearán estrategias conjuntas para una educación más inclusiva para las personas privadas de libertad.
La iniciativa, impulsada por las universidades Nacional (La Plata), Federal de Uberlandia y de Río Grande do Sul (ambas de Brasil) fue presentada en las “Primeras Jornadas del Mercosur de Educación Universitaria en Cárceles” que concluyeron el viernes pasado en la Casa de Trejo. Durante el encuentro se trazó un diagnóstico de situación para promover acciones y políticas orientadas a resolver problemas comunes, así como a realizar un aporte al mejoramiento de los programas en marcha.
Asimismo, se definió que la red proporcionará un marco para el intercambio de docentes y estudiantes, la realización de proyectos de investigación conjunta e incluso prevé la posibilidad de instrumentar una carrera de posgrado en la que puedan participar todas las universidades integrantes.
Experiencia tras las rejas
“El ingreso de la universidad a la cárcel, a quebrar la lógica de estas instituciones de encierro, el ingreso de docentes, de nuestra palabra y de nuestra mirada, es propio y exclusivo de Latinoamérica. Son experiencias absolutamente inéditas, sobre las cuales debemos teorizar, que debemos difundir y motivar a otras instituciones que promuevan experiencias semejantes”, apuntó Beatriz Bixio. vicedecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, una de las organizadoras del encuentro junto al Programa Universidad, Sociedad y Cárcel de la Secretaría de Extensión de la UNC.
Por su parte, el decano de Filosofía y Humanidades, Diego Tatián, recordó las primeras experiencias educativas en cárceles –que en la UNC comenzaron hace 15 años– como un aprendizaje tanto en sentido académico, como social y de militancia. “Lo hacíamos casi como un acto militante, porque creíamos en el valor de la palabra universitaria en las cárceles”, agregó y enmarcó esas iniciativas en la idea de la universalización del derecho a la educación superior.
El rector Francisco Tamarit consideró que la conformación de la red representa tomar un grado mayor de responsabilidad social. “Esto nos pone de pie para asumir una de las tantas deudas que tienen la universidad pública latinoamericana”, sintetizó.
Finalmente, remarcó que a poco de cumplirse 30 años de democracia ininterrumpida, todavía quedan deudas pendientes, todavía muchos sectores no tienen voz, carecen de derechos, y no han podido acceder a la plena ciudadanía. “Nuestra misión como universitarios es ayudar a que esos ciudadanos formen parte de esta profunda América Latina y tengan acceso a todos y cada uno de los derechos”, enfatizó.
