ESCUCHARLa viuda Mercedes Segalá y Víctor Hugo “Mandrake” Quinteros enfrentan un nuevo pedido de condena de prisión perpetua. Ambos fueron juzgados en 2011 y absueltos por la Cámara 9ª del Crimen, con jurados populares
Después de poco más de dos meses de largas audiencias en la Cámara 3ª del Crimen de la ciudad de Córdoba, concluye hoy el juicio que se sustancia en contra de Mercedes Segala y Víctor Hugo “Mandrake” Quinteros por la muerte del panadero Héctor Corradini.
En rigor, se trata éste del segundo debate oral que tiene a Segalá sentada en el banquillo de los acusados, y nuevamente se enfrenta a un pedido de prisión perpetua acusada por el presunto delito de homicidio agravado por el vínculo, por codicia y por precio o promesa remuneratoria.
El fiscal de Cámara Marcelo Hidalgo acusó a la mujer del panadero de contratar a Quinteros para ejecutarlo, con la intención de cobrar 400 mil dólares de dos seguros de vida.
Antes de los alegatos, Segalá pidió hablar ante el tribunal que integran los jueces técnicos Alejandro Weiss (presidente), Gustavo Ispani y Luis Paoloni, y los jurados populares, y una vez más volvió a reiterar que era inocente.
Pese a todo, varios testimonios complican a la mujer, entre ellos el de su propia hija, quien fue la primera testigo que declaró en el debate oral. Yanina Corradini reiteró una y otra vez que su madre y su actual pareja, el investigador privado Vicente Luis Oscar Díaz, la presionaron durante la instrucción de la causa para que formulara acusaciones y denuncias falsas y efectuara declaraciones guionadas por ellos.
Incluso dijo que la utilizaron para grabar en el programa televisivo ADN, todo guionado por Segalá y Díaz.
Yanina tenía sólo 10 años cuando se llevaron a su padre de la casa en la que vivía la familia en barrio Los Naranjos de esta ciudad. Pese a todo, pudo relatar en forma pormenorizada lo ocurrido en aquella fatídica noche. Indentificó a “Mandrake” Quinteros como el hombre que ingresó a la vivienda el 16 de noviembre de 1998.
La hija querellante contó qué actitudes tuvo su madre frente a la desaparición de quien era su marido, poniendo énfasis en el desinterés.
El rol de la fiscal Sánchez
El abogado querellante, Carlos Nayi, además de pedir perpetua para ambos acusados, solicitó al tribunal que la fiscal Liliana Sánchez sea investigada por su rol en la primera etapa de la causa. Es por la declaración de la joven en la que relató que antes de ingresar a una rueda de reconocimiento de personas, la fiscal le entregó al policía Oscar Díaz fotografías para que ella ‘reconociera’ a las personas que nada tenían que ver con aquella noche del crimen».
Dichas afirmaciones fueron oportunamente motivo para que la fiscal María Antonia de la Rúa girara los antecedentes para que se investigue si existieron o no delitos en la primera instrucción del caso. Ahora, la querella insiste en que se avance en este sentido.
El caso
El crimen del panadero Corradini, secuestrado en el año 1998 en presencia de sus hijos Héctor, de 12 años, Yanina Ayelén, de 10, y Camila Ailén, de 6, es el ícono del crimen mafioso en la ciudad de Córdoba.
El hombre fue llevado con los ojos vendados, amordazado, atado de pies y sus manos sujetas con esposas de metal en su espalda. El panadero fue ejecutado de tres disparos de arma de fuego en su cabeza y abandonado en el interior de su vehículo a 200 metros del domicilio del sargento ayudante de la Policía Oscar Mario Onainty, quien resultó absuelto en el primer juicio.
Dos juicios
Este segundo debate se realiza luego de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) anuló parte del juicio anterior: confirmó la absolución de dos policías y ordenó que vuelvan a ser juzgados los otros dos acusados, la viuda Mercedes Segalá y Víctor «Mandrake» Quinteros, ambos absueltos en aquel juicio celebrado en 2011 en la Cámara 9ª del Crimen.
Después de rechazar luego el TSJ el recurso interpuesto por el defensor de la viuda, Miguel Ángel Ortiz Pellegrini, quien entiende que «nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo motivo», el segundo nuevo juicio por jurados comenzó con pedidos de nulidades que fueron rechazados por el Tribunal.
