Los nuevos servicios 5G beneficiarán a usuarios residenciales, pero especialmente a empresas. Las tecnológicas, especialmente interesadas
Los operadores de comunicaciones móviles con red propia -Claro, Movistar y Personal- que se adjudicaron frecuencias para dar servicios con tecnología 5G prevén el desarrollo de modelos de negocio tanto para usuarios residenciales como para empresas, según un relevamiento realizado en los últimos días.
Entre los plazos previstos en los pliegos de la licitación, cada uno de los tres operadores tiene como obligación mínima instalar en un período no superior a los doce meses una estación base en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en capitales de provincia, Córdoba incluida, y en las las ciudades de Mar del Plata, Bahía Blanca y Rosario.
En base a las proyecciones del mercado, el despliegue de 5G será un poco más lento que el tiempo que llevó poner en marcha el 4G, debido a la capacidad de inversión y a la situación de las redes de fibra óptica, entre otras cuestiones.
El nuevo servicio beneficiará a los usuarios residenciales, pero especialmente a empresas. De hecho, está diseñado para responder a los nuevos requerimientos de la industria 4.0, los servicios financieros tecnológicos y las necesidades de las empresas de la economía del conocimiento. En especial, son las empresas tecnológicas las que serán más beneficiadas por el despliegue de la nueva tecnología, que permite multiplicar las velocidades de subida y descarga de datos de la red. Por supuesto, se requiere infraestructura de fibra óptica para su acceso.
Entre los especialistas existe coincidencia en que “la gran diferencia” entre la licitación de 4G realizada en el año 2014 y la de 5G concretada la semana pasada fue que en el primer caso las empresas enfrentaban una saturación de las redes de 3G y lideraban el ranking de quejas de usuarios.
Mientras que en esta oportunidad tienen a su favor contar con tiempo para el despliegue y desarrollo de servicios de una tecnología distinta, aún cuando el uso intensivo de videos prendió algunas alertas hacia finales del año próximo para las redes de 4G.
Antes de instalar la radiobase de 5G como en toda red, es necesario que el core o corazón de la misma sea apto para esta nueva tecnología.
En los años 2021 y 2022, las empresas empezaron a trabajar sobre esta tecnología.
Desde las empresas sostienen que aún en los espacios más avanzados para dar servicio 5G al sector residencial es necesario contar con al menos entre 14 y 16 meses de inversión y trabajo.
En el plano regional, la analista para Latinoamérica de la consultora Omnia, Sonia Agnese, dijo que “en América Latina el único país donde hay core 5G SA (stand alone) es Brasil, porque fue una obligación de la licitación”, mientras que en Argentina hay “core de 4G adaptado” a 5G.
Tecnológicamente hablando, el core de la red puede ser 5G NSA – acrónimo de Non Standalone – que opera sobre el mismo núcleo de red que la infraestructura 4G; y el 5G SA, también conocido como Stand Alone, que requiere que tanto el núcleo como la parte de radio sean actualizadas a la nueva especificación.
El 5G NSA ofrece velocidades de descarga superiores a 1 Gbps y una latencia de 10 a 30 milisegundos, mientras que las redes 5G SA prometen llegar a los 20 Gbps de velocidad, latencias alrededor del milisegundo y una mayor capacidad por kilómetro cuadrado.
A diferencia del 4G, el 5G -por la altura de la banda en la que se utiliza (3.5 gigahertz)- requiere de más cantidad de radiobases para cubrir similar superficie.
Esto no significa que para tener cobertura de 5G habrá que instalar grandes torres cada dos cuadras, ya que las radiobases son pequeñas y pueden colocarse en postes o terrazas sin generar contaminación visual.
“Para los operadores es más fácil orientarse a lo masivo”, aun cuando en el mercado en la actualidad no existe una gran cantidad de dispositivos (smartphones) aptos para 5G ni un desarrollo de aplicaciones de uso masivo, señaló Agnese a la prensa.
Además, indicó que para el uso residencial “faltan aplicaciones que van a venir, como las de realidad inmersiva”, como las educativas que permiten con los visores de realidad virtual que los estudiantes recorran un museo lejano, o bien las que permiten actuar en el universos virtuales (metaverso).
Agnese insistió en que este tipo de aplicaciones “todavía están en una etapa inicial”, en general se utilizan con buenas conexiones de fibra óptica y que sólo en algunos países asiáticos se utilizan con 5G.
No obstante, remarcó que “cuando haya cobertura, las personas querrán 5G porque notarán la mejora en la calidad“.
Agnese dijo que en Estados Unidos “la 5G inalámbrica es la tecnología número uno de adopción”; entre otras razones porque resulta un servicio sin costos de instalación (porque se reduce a la instalación de un router en el hogar) y “sin compromisos de permanencia”.
Esta alternativa por los precios actuales de los routers (estimada en alrededor de 300 dólares) puede no ser económica para las personas, pero “para una empresa como una segunda línea de conectividad en una sucursal, es una alternativa interesante”, comentó la experta.
Explicó que “en los proyectos empresariales, las compañías -clientes- contratan la conectividad de las telcos, pero cuando arman sus redes privadas pueden contratar integradores, y ahí entran a jugar otros actores”.
En ese sentido consideró que el sistema Wifi 6 -otra tecnología para la cual el Gobierno habilitó el uso del espectro radioeléctrico- “es complementaria con 5G”.
Wifi 6 es promovida especialmente por empresas que no son los operadores tradicionales de comunicaciones, como Google, Meta, Cisco, Intel, Microsoft, entre otras.
“El despliegue de 5G va a llevar más tiempo que 4G, pero donde esté se va a utilizar”, sentenció la analista.