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El control a las importaciones causa escasez de oferta en los comercios. La sustitución por equipos nacionales no alcanza. La competencia es despareja. Advierten retraso tecnológico en la industria secundaria.
El sector de venta de productos informáticos continúa altamente preocupado por el desarrollo de su actividad, que registra un descenso de más de 30% en el primer cuatrimestre del año, según estimaciones de referentes. Aunque emplean caminos alternativos para paliar la situación -como ampliar la red de servicios, sumar otros productos y equipamientos nacionales y/o más económicos-, no son suficientes. La competencia informal se transforma en uno de sus principales enemigos.
El freno a las importaciones acentúa la escasez de todo tipo de equipamientos en el mercado, ya sean notebooks, netbooks y computadoras de escritorios, como así también componentes y/o repuestos.
Esto condujo a que grandes importadores nacionales, de la talla de Ingram Micro o Intcomex, hayan decidido retitarse del país. También afecta de manera directa unas 500 empresas que comercializan mercadería informática en la ciudad de Córdoba, con entre tres y 80 empleados en promedio, cada una. “Si bien hasta el momento ninguna ha bajado las persianas, están expectantes e intentando ampliar su abanico de ofertas y servicios”, aseguró a Comercio y Justicia una fuente del sector.
Abanico, esquirlas
Por caso, comienzan a vender una mayor cantidad de teléfonos celulares y/o agregan otros servicios, como la estructuración y manejo de redes. En lo que respecta a la venta propiamente dicha de laptops, buscan fortalecer la oferta de fabricación nacional -como Banghó, Exo o BGH- en lugar de las marcas importadas. No obstante, el comportamiento del consumidor no es lineal. “Se encuentra con una menor variedad de propuestas y no reemplaza de manera directa un equipo importado por uno nacional”, añadió otro referente.
Al parecer, el consumidor que sigue prefiriendo el producto importado busca canales alternativos de compra- como lo es Internet -donde sus menores costos afrentan la competitividad del sector-. “La industria nacional opera con mayores costos y las portátiles de marcas mundiales que los canales alternativos consiguen por vías informales valen menos o igual”, asevera otra fuente del sector.
Pero no sólo la escasa disponibilidad de oferta o la competencia despareja atentan contra las ganancias del sector sino también la sustitución de partes por productos de menor calidad y precios. Tal es el caso de los cartuchos de tinta y toner para las impresoras, que por falta de originales son reemplazados por recargados, cuyos valores representan la cuarta parte del monto del original. En forma paralela, también se generan problemas con el servicio técnico, que en la mayoría de los casos debe enfrentar demoras (por respuestos) que oscilan entre 30 y 150 días.
Efecto dominó
Pero esto no es todo. Lejos de las consecuencias directas que inciden en el sector, los referentes alertan acerca de un posible retraso tecnológico en las industrias que pelean palmo a palmo los primeros lugares en las góndolas. “Cuando no se puede conseguir el último procesador de Intel y en su lugar se utiliza lo existente, quizás cuatro veces más lento, el perjuicio para la gestión eficiente de los negocios será progresivo”, afirmó otro empresario.
