MASIVO. ABUNDAN DATOS Y CONSEJOS DE FÁCIL IMPLEMENTACIÓN
El contenido sobre peso saludable, alimentación y ejercicio abundó en Internet durante la pandemia. Médicos, nutricionistas, entrenadores y cultores del fitness no siempre acuerdan, pero comparten información útil y novedosa al alcance de todos
Por Pilar Viqueira
La “cultura de la dieta” se centra en algunas pautas por temor a engordar, como demonizar alimentos, restringir calorías y acatar un sistema casi imposible de porciones en pos de un número en la balanza.
Durante la pandemia, millones se enfocaron en fortalecerse y el contenido novedoso sobre peso saludable, alimentación y ejercicio tuvo éxito en las redes.
Los influencers que venían abordando esos temas se consolidaron y otros empezaron su camino con éxito.
Superada la crisis, el interés de los usuarios de plataformas por información que rompe moldes tradicionales en materia de nutrición -y es simple de entender y aplicar- se mantiene.
Objetivos
Los médicos, nutricionistas, entrenadores y cultores del fitness que comparten consejos tienen distintos objetivos, no siempre acuerdan y hay distintas escuelas y niveles, pero difunden información útil.
En general, transmiten que la alimentación no tiene por qué girar en torno a culpas y premios, que hay que abandonar los ciclos de privaciones y poner la mira no tanto sobre el peso, sino sobre las medidas y otras variables.
También apuntan a la necesidad de tratar las relaciones tóxicas con la comida y muchos se enfocan en el público que peca por exceso y padece enfermedades relacionadas con el sobrepeso o la mala alimentación, como la diabetes.
El blanco del grueso de los creadores de contenido sobre alimentación que está vigente en las redes son las creencias erróneas. Así, llaman a razonar sobre las conclusiones absurdas a las que llevan, que se traducen en decisiones pobres en materia nutricional. Por ejemplo, alertan que en la cruzada por mantener un “peso ideal” se evita una fruta rica en fibras y grasas saludables como la palta, porque es calórica (con la banana pasa algo similar) y se opta por procesados altos en sodio, como las consabidas galletas de salvado con queso light.
Reivindicación
Otro alimento que tuvo una campaña de reivindicación fue el huevo. Se destacó que pese a ser accesible, denso nutricionalmente y altamente proteico, suele ser excluido de los desayunos y reemplazado con cereales -ultra procesados y azucarados- y bollería, alta en hidratos, grasas trans y azúcar.
Los influencers que batallan contra la “cultura de la dieta” denuncian que pone a las personas en situación de guerra con algunos alimentos, aunque sean costeables, saciantes y beneficiosos, y glorifica a otros, no siempre saludables pero instalados como tales por la industria y la publicidad e indicados durante mucho tiempo en las dietas.
Citan variadas investigaciones (no siempre, se dijo, acuerdan), debaten e interactúan, hasta pelean, pero acuerdan a la hora de señalar que lo relacionado con la nutrición es vital para las personas con enfermedades crónicas, incluidas las mentales.
Sin dejar de recordar que un peso razonable es importante (y hasta ventajoso para muchos), despegan ese concepto de lo meramente estético y lo asocian con la vitalidad y la expectativa de longevidad.
Plantean que comer sano es tener una relación positiva con la comida, que implica, entre otras cosas, aprender a seleccionar productos naturales con alta calidad nutricional, no obsesionarse con las calorías, dedicarle tiempo a la cocina y desarrollar estrategias de alimentación.
Estilo de vida
“Una acción repetida se vuelve un hábito, un hábito repetido se vuelve una costumbre y la práctica de una serie de costumbres se vuelve un estilo de vida”, es una de las premisas que repiten.
En ese orden, la idea que plantaron en la mente de mucha gente que buscaba ayuda es que no hay que rechazar ningún alimento.
Trabajan sobre la noción de que es fundamental seleccionarlos mejor dentro de las posibilidades económicas, tener paciencia con los procesos de cambio y, eventualmente, llegar al mismo disfrute con una alternativa más saludable, aunque solo sea por el método de cocción: en resumen, pasar de la papa frita a la papa al horno será un logro.
Estado completo
Según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
La definición surge del preámbulo de la constitución del organismo. Data de la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York entre junio y julio de 1946. Entró en vigor en abril de 1948 y no fue modificada.
Pese a su vigencia, médicos y nutricionistas que usan redes narran que dan con pacientes que para estar en su “normopeso” -el considerado normal respecto a la estatura- hacen dietas ultra restrictivas, acaban teniendo carencias nutricionales y siempre están cansados y ansiosos.
También relatan que reciben en consulta a personas que para conseguir su Índice de Masa Corporal (IMC) óptimo viven en un ciclo constante de dieta-no dieta-dieta y pierden estabilidad emocional.
Ninguno de esos cuadros es compatible con los lineamientos de la OMS.
Los creadores de contenido sobre alimentación recuerdan que hay mucho por analizar a la hora de recomendar un plan nutricional, recursos de la persona incluidos, y advierten que uno malo puede tener pésimos resultados, como la pérdida de masa muscular.
HAES
En esa línea, el grupo Salud Para Todas las Tallas (HAES, por sus siglas en inglés), trabaja para crear conciencia sobre los peligros asociados al efecto rebote (subas y bajas frecuentes) y a las “conductas alimentarias alteradas” que pueden disparar padecimientos psicológicos y físicos.
Empezó a gestarse hace más de dos décadas en países anglosajones, como EEUU y Canadá, y promueve el bienestar humano desde una aproximación neutral e inclusiva respecto al tamaño.
HAES postula que siempre es posible mejorar la salud y la calidad de vida con mejoras nutricionales y ejercicio.
Su enfoque incluye principios tales como “comer para el bienestar” (alimentación individualizada) y “realzar la vida” (actividades físicas adecuadas para cada individuo, placenteras, según su capacidad, habilidad e intereses).