ESCUCHAREn las charlas y conferencias de la segunda Expo Cannabis se abordaron los beneficios del cannabis medicinal en enfermedades propias de los adultos mayores.
En predio de La Rural porteño, entre el viernes y el domingo, médicos especialistas resaltaron la efectividad de los tratamientos a base de THC y CBD -los componentes psicoactivo y no psicoativo de la planta, respectivamente- para pacientes mayores de 65 años y en los cuadros de Alzheimer.
Dijeron que el paradigma del “cannabis quema neuronas” está cambiando a “el cannabis puede hasta proteger neuronas”.
Sobre el Alzheimer, indicaron que los cannabinoides presentes en la marihuana actúan sobre todos los objetivos del tratamiento farmacológico convencional de la enfermedad.
“El uso de cannabis tiene una potencial utilización muy importante sobre todo en esta etapa de la vida, en la tercera edad”, dijo el médico clínico e integrante de la Red de Profesionales para el estudio del Cannabis (Reprocann), Nicolás Di Biase durante la conferencia “Tercera edad y cannabis medicinal”.
Di Biase recordó que el paciente gerontológico se caracteriza por “una alta prevalencia y acumulación de enfermedades crónicas” que, a su vez, redundan en una “polimedicación o polifarmacia”, todo lo cual se traduce en “un alto gasto económico en salud” que coincide con una etapa de reducción de ingresos.
“Cuando uno llega a 65 o 70 años habitualmente acumula hipertensión, diabetes, artrosis, diferentes problemáticas crónicas que hacen que la calidad de vida se vea deteriorada”, indicó.
Paralelamente, recordó que personas de 80 o más años cuyos hígados, riñones e intestinos no están en optimas condiciones y aun así toman más de una docena de medicamentos. “Es una lógica que no cierra muy bien”, sostuvo el profesional.
“Cuando hablamos de que el cannabis puede ayudarnos a reducir la cantidad de medicamentos es algo positivo para este grupo etario, tanto en términos de calidad de vida como de reducción del gasto en medicamentos”, expresó.
Hubo acuerdo entre los médicos especialistas en cuanto a que el cannabis es una herramienta superadora no farmacológica para el manejo de problemas de salud frecuentes y de difícil control en adultos mayores, tales como el dolor crónico, el insomnio y la excitación psicomotriz propia de los estadios avanzados de las demencias.
Di Biase explicó que las variantes con más THC funcionan bien como relajante muscular y tienen beneficios para pacientes con deterioro cognitivo y que el CBD es el “antisicótico de los fitocannabinoides”, con potencial contra la ansiedad, la excitación psicomotriz y la demencia.
“Ambos funcionan contra los vómitos y el sedativo es sobre todo el THC, pero los dos tienen implicancias antagónicas sobre los procesos cardiovasculares: unos causan bradicardia (poca frecuencia cardíaca) y otros taquicardia”, aclaró.
Por eso, resaltó que la dosificación es “altamente individual” y requiere titulación; es decir, ir de mayor a menor, registrando los efectos hasta encontrar la dosis adecuada.
Por su parte, Alejandro Andersson, quien dirige el Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA), afirmó que, para el caso de las personas con Alzheimer, la investigación científica demuestra que el tratamiento con cannabis medicinal mejora las funciones cognitivas, conductuales y musculares que se ven alteradas típicamente por la enfermedad.
“Los cannabinoides actúan en los procesos de señalización (celular), de dolor, de procesamiento anormal del (péptido) beta amiloide y de la proteína tau, de la neuroinflamación, de la excitotoxicidad, del estrés oxidativo, de la disfunción mitocondrial: todos objetivos del tratamiento de la enfermedad de Alzheimer”, enumeró.
Asimismo, destacó que el cannabis medicinal modula la neurotransmisión, mejorando la sinapsis entre las neuronas y, por lo tanto, la memoria.
“También los trastornos de conducta, son mejorados en particular por el CBD, y hay muchos trastornos de conducta en la enfermedad de Alzheimer”, añadió.
También recordó que tiene un efecto benéfico sobre el sueño, que es importante que sea de calidad para no facilitar la progresión de la enfermedad.
“El CBD mejora el sueño REM profundo y el THC disminuye las pesadillas y facilita la conciliación rápida”, explicó el especialista.
