Qué hacer en Ushuaia en verano durante cuatro días

Recorrer un parque nacional a bordo del Tren del Fin del Mundo, visitar una reserva de pingüinos, hacer trekking a la Laguna Esmeralda y disfrutar de las icónicas estancias patagónicas son algunas de las interesantes propuestas que regala este destino en temporada estival

El verano es una de las mejores épocas del año para viajar a Ushuaia, no solo porque el destino goza de un clima más benévolo que el de invierno, sino porque regala días más largos -las puestas de sol suceden cerca de la medianoche- y paisajes dignos de postal.

No es casual que en esta temporada estival la capital de la provincia de Tierra del Fuego se haya convertido en el sitio elegido por los argentinos para disfrutar de sus vacaciones en un entorno que brinda la posibilidad de combinar aventura, tranquilidad y disfrute, a lo que se suman las numerosas ofertas gastronómicas de nivel internacional que propone la ciudad, protagonizadas por sus chocolates artesanales, la centolla (King Crab) y la merluza negra, el cordero, los ahumados, las cervezas y el gin fueguino. 

El lugar, que debe su nombre a su emblemática bahía de Ushuaia, a la que los yámanas llamaban ush “fondo” y waia “bahía” o “caleta”, que significa “bahía profunda o bahía al fondo”, está ubicada en un valle rodeado por la cordillera de los Andes y al sur por la bahía y las costas del canal Beagle, paso interoceánico que hace de su puerto uno de los más visitados del continente. La ciudad tiene 80.000 habitantes y recibe alrededor de 450.000 visitantes al año, en tanto que se la conoce también por ser la puerta de entrada más activa al turismo nacional e internacional que busca aventurarse al continente Antártico. 

Esta pequeña región multicolor que, año a año, aumenta su magnetismo como enclave turístico, se caracteriza por contar con la noche más larga en invierno, el día más largo del verano, los colores más impactantes del otoño y la mejor calidad de nieve del país, mientras que su enorme abanico de propuestas se adapta a todos los perfiles de viajeros.

Cómo mínimo, para recorrer y aprovechar los principales atractivos del lugar se recomienda un viaje de cuatro días -aspecto a tener en cuenta por el próximo feriado extralargo de Carnaval-.

Así, sugerimos un programa completo de cuatro jornadas con «los imperdibles» de la ciudad más austral del mundo, durante la estación estival:

Primer día

El primer día en la ciudad, por la mañana se puede visitar el Parque Nacional Tierra del Fuego a bordo el Tren del Fin del Mundo; y por la tarde, hay tiempo para realizar la navegación por el Canal de Beagle hasta llegar al Faro Les Éclaireurs, visitando también isla de Lobos y de los Pájaros. Otra de las opciones es tomar la excursión Sunset Kayak de mediodía para observar el atardecer desde el Lago Escondido.

Segundo día

Uno de los imperdibles para los amantes de la aventura es la experiencia Ushuaia en dos ruedas, actividades en bicicleta que se pueden realizar desde temprano, con una duración de cuatro horas o también de todo el día, con la posibilidad de cruzar los Andes y cerrar la jornada con una degustación gastronómica en la montaña. Entre las opciones más cortas (cuatro horas) se destaca la Experiencia Túnel, que parte desde el centro urbano hasta la Estancia Túnel por uno de los senderos de trekking más importantes fuera del Parque Nacional Tierra del Fuego. El circuito de mountain bike bordea al Canal de Beagle y al Cerro Gique y recorre 12 kilómetros entre bosques de guindos y otras especies de árboles, como el canelo, la leña dura y el notro.

La alternativa más larga (8 horas) es el Doble cruce de los Andes, que parte del antiguo aserradero del Lago Escondido (a 50 Km. de Ushuaia) y desde allí se inicia el ascenso hacia el punto más alto de la cordillera de los Andes de la Patagonia Austral, a una altura de 450 metros, donde el camino ofrece majestuosas vistas. El regreso es con descenso controlado, por el antiguo Paso Garibaldi, donde se observan los dos lagos más emblemáticos de la isla, el Escondido y el Khami o Fagnano, culminando en un restaurante de montaña para degustar la gastronomía fueguina. La travesía, de complejidad media, incluye traslado en camioneta doble tracción y el uso de bicicletas MTB Fat Bike eléctricas.  

Si se eligió la propuesta más corta, el mismo día, al atardecer se puede contratar el sobrevuelo en helicóptero o avioneta para contemplar la ciudad desde una perspectiva diferente. Otra opción de día completo es la excursión a Puerto Almanza y navegación en canoas, que incluye la vivencia en primera persona de la captura de la centolla y un almuerzo típico con este plato tradicional de la zona. Además de navegar a través de los islotes como hacían los yámanas, nativos de Tierra del Fuego, la propuesta permite apreciar restos arqueológicos y sumergirse en la historia del lugar. 

Tercer día

Uno de los lugares más buscados por sus increíbles paisajes es la Laguna Esmeralda, donde se puede realizar un trekking con almuerzo incluido. De regreso, el día se completa con la visita a la galería temática Pequeña Historia Fueguina o el Double Decker City Tour. Otra de las alternativas para el tercer día es pasarlo completo en la Estancia San Pablo, actividad que incluye caminata, cabalgata, gastronomía campestre con la opción de que quienes quieran pasar la noche, puedan hacerlo en el lugar que antiguamente ocupaban los trabajadores ovejeros.

Cuarto día

El último día en la ciudad vale la pena dedicarlo a disfrutar de la fauna fueguina. Una opción interesante es la visita a la pingüinera en isla Martillo y la Estancia Harberton, la primera en su tipo fundada en Tierra del Fuego, en 1886. Otras opciones son la cabalgata en el Monte Susana desde el Centro Hípico del Fin del Mundo o el Canopy (tirolesa) del Martial para disfrutar de una manera diferente el bosque fueguino.

En este caso, por lo apretado de los tiempos, horarios y gran demanda de los servicios turísticos, se recomienda la consulta a una agencia de viajes y turismo para una correcta programación y asesoramiento profesional.